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Plan Schlieffen
Estrategia bélica planificada a principios del siglo XX por el general Alfred von Schlieffen, jefe del Estado Mayor del Segundo Imperio alemán.
¿Qué fue?
Se denomina Plan Schlieffen a una estrategia bélica planificada a principios del siglo XX por el general Alfred von Schlieffen, jefe del Estado Mayor del Segundo Imperio alemán.
Tras la inminencia de la formación de la Triple Entente y ante una eventual guerra en dos frentes simultáneos, el plan contemplaba una invasión relámpago y derrota de Francia a manos de tropas germanas.
Para poder concretar esa ocupación del territorio francés, Shlieffen proponía sacrificar Prusia Oriental y establecer un frente defensivo a la altura del río Vístula, en la actual Polonia. A lo largo de ese frente se parapetarían unos 500.000 soldados alemanes que el general consideraba suficientes para rechazar el ataque de las tropas rusas.
La actitud defensiva en el Este permitiría derivar tropas al Oeste, hasta conformar una fuerza de ataque integrada por 1.500.000 hombres.
El grueso de esas fuerzas atravesaría Bélgica y Luxemburgo, para emprender luego, desde el norte y con el máximo de medios en el ala derecha, una ofensiva para cercar al ejército francés, proceder a la destrucción total de las tropas aliadas y ocupar luego la ciudad de París.
Una vez conseguido este objetivo, Alemania podría volverse hacia el Este, engrosar las tropas ubicadas en el frente oriental y desatar un ataque frontal contra las tropas rusas, cuya movilización militar y movimientos se estimaban más lentos que los de los ingleses y franceses.
Planificación
Al planificar en detalle su plan, Schlieffen se topó con un serio problema. Al atravesar Bélgica y Luxemburgo, el ejército alemán debía extenderse hacia el norte con una potente ala derecha que realizara un movimiento envolvente, pero sin debilitar el centro y la izquierda, pues allí se esperaba lo más fuerte del ataque francés. Para engrosar el ala derecha le faltaban divisiones y tropas que no podían ser provistas por el ejército regular.
Publicidad, continua debajoPara solucionar este inconveniente Schlieffen adoptó una solución innovadora: utilizar a los reservistas. Estos hombres eran considerados hasta entonces soldados mediocres y únicamente aptos para labores de ocupación y retaguardia, pero no para la lucha. A pesar de ello, Schlieffen decidió sumarlos al frente de batalla. Así pudo engrosar el ala derecha y mantener el centro y la izquierda lo suficientemente fuertes como para detener el ataque francés.
Modificaciones al plan original
El plan, basado según el propio Schlieffen en la táctica seguida por el militar cartaginés Aníbal Barca en la batalla de Cannas, nunca se llevó a cabo.
Schlieffen falleció en 1913 y el plan de batalla fue modificado por su sucesor en el Estado Mayor, Helmuth Johannes Ludwig von Moltke, conocido como Moltke el Joven.
Este general rechazó la idea de Schlieffen de destinar la mayor parte de las fuerzas armadas alemanas en el frente occidental para lanzarlas al ataque contra Francia. Creyó conveniente, en cambio, reservar una parte de los ejércitos germanos para detener una eventual ofensiva rusa de grandes proporciones en el frente oriental.
De esta manera, previó utilizar menos tropas en el Oeste en el caso del inicio de una guerra que tuviera que pelear Alemania en dos frentes simultáneos.
Puesta en práctica
Luego del desencadenamiento de la Primera Guerra Mundial, el Alto Mando alemán puso en práctica el Plan Schlieffen con las modificaciones realizadas por Moltke.
En un principio la ofensiva marchó según lo planeado. Pero la invasión de Francia, tal y como se llevó a cabo, finalmente fracasó al encontrar más oposición de la esperada en la primera batalla del Marne (1914). Este hecho de armas salvaguardó a París y forzó a los alemanes a fortificarse en el valle del río Aisne, donde dio comienzo una cruel guerra de trincheras que caracterizaría los combates sucesivos en el frente occidental.
Por otra parte, la invasión de la neutral Bélgica le valió a Alemania una declaración de guerra por parte del Reino Unido, que era garante de la independencia belga desde la revolución de 1830.
Ante la inminencia de esa declaración, el propio emperador Guillermo II hizo una solicitud a Moltke para que abortara o modificara el plan, con el fin de no ganarse otro enemigo en la contienda bélico. Pero el jefe del Estado Mayor se limitó a replicar que el plan, una vez iniciado, no podía cambiarse, porque podría derivar en una catástrofe.
Resultados
Irónicamente, durante la Primera Guerra Mundial Alemania consiguió mejores resultados en el frente oriental, donde aniquiló a los ejércitos del zar en la batalla de Tannenberg y en la de los Lagos Masurianos. La descomposición de la moral de los soldados rusos tras esas derrotas contribuiría de manera significativa al triunfo de la Revolución rusa de octubre de 1917.
En lo referente al frente occidental, el fracaso de la estrategia adoptada por Moltke llevó a cuatro años de guerra de trincheras entre los aliados (en un principio Francia y Reino Unido, a partir de 1917 los Estados Unidos) y los Imperios centrales. Esos feroces combates derivaron en una guerra de desgaste que, luego de las batallas de Verdún y del Somme, terminaría con la decisiva derrota alemana en la segunda Batalla del Marne, en agosto de 1918.
En conclusión, la aplicación del Plan Schlieffen tuvo como resultado exactamente lo contrario de lo planificado por el militar alemán en 1905.
Bibliografía: |
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Profesor en Enseñanza Media y Superior en Historia (Universidad de Buenos Aires). Autor, editor y coordinador de contenidos editoriales.
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