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Editorial Grudemi (2021). China antigua. Recuperado de Enciclopedia Iberoamericana (https://enciclopediaiberoamericana.com/china-antigua/). Última edición: agosto 2021. Consultado el 15 de octubre de 2024.
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China antigua

Período de la historia china que abarca desde los inicios de la edad del bronce, alrededor del 2100 a. C. hasta el 221 a. C.

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¿Qué fue China antigua?

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La China antigua es el período de la historia china que abarca desde los inicios de la edad del bronce, alrededor del 2100 a. C. hasta el 221 a. C. cuando la formación de un estado centralizado dio paso al surgimiento del Imperio chino.

Según la tradición escrita, durante la China antigua, tres dinastías gobernaron el extenso territorio de la Llanura Central: la Xia, la Shang y Zhou.

  • Dinastía Xia (siglos XXI a XVI a. C.): durante mucho tiempo fue considerada una dinastía legendaria por la historiografía, pero descubrimientos arqueológicos realizados durante el siglo XX probarían la existencia de por lo menos alguna de las ciudades mencionadas por las crónicas. Se inició con el reinado de Yu, el Grande en el 2205 a. C. y tuvo diecisiete o dieciocho reyes.
  • Dinastía Shang (siglos XVI a XI a. C.): se inició en 1766 a. C. y contó con más de treinta reyes que se instalaron sucesivamente en seis ciudades capitales diferentes. Los reyes eran elegidos dentro de clanes familiares mediante un complejo sistema de sucesiones. Tenían condición de divinidad y se consideraba que podían comunicarse tanto con sus antepasados como con otras divinidades.
  • Dinastía Zhou (siglos XI a III a. C.): los Zhou conformaban un reino poderoso que hacia el 1100 a. C. comenzó a competir con los Shang. La debilidad de Di Xin, el último rey Shang, fue aprovechada por el rey Zhou, Wu que lo venció en la batalla de Muye y absorbió el reino Shang.

Esta dinastía reinó hasta el surgimiento del Imperio. Durante este período se escribieron obras que describen acontecimientos históricos, algunos de cuyos fragmentos han llegado hasta nuestros días. Fue además un momento de gran riqueza intelectual en la que surgieron escuelas filosóficas de enorme influencia en los siglos siguientes como el confucianismo y el taoísmo, entre otras.

Durante este período se produjeron importantes adelantos tecnológicos como el uso del hierro y del acero que se aplicó a la fabricación de armas y de herramientas de cultivo. También se realizaron obras monumentales de irrigación y de control del agua.

A partir del año 475 a. C. durante el período llamado «de los Estados combatientes» la unidad del reino Zhou comenzó a desintegrarse. Distintos principados comenzaron a combatir entre sí y la organización centralizada por el rey se debilitó. Estas pequeñas unidades territoriales, cada vez más fuertes, se enfrentaban continuamente entre sí. Entre el 230 y el 221 a. C., una de ellas, el reino de Qin, se fortaleció, sus ejércitos derrotaron uno a uno a los demás principados y se constituyó en un Estado unificado que dio origen al Imperio chino.

Características

Entre las características principales de la China antigua se pueden mencionar las siguientes:

Caparazón de tortuga con inscripciones adivinatorias.

Caparazón de tortuga con inscripciones adivinatorias.

  • Los primeros reinos se constituyeron a partir de diversas culturas neolíticas ubicadas entre los ríos Amarillo y Yangtsé. No eran monarquías con un Estado unificado, sino que estaban organizados mediante una casta de reyes-chamanes poderosos que dominaba una confederación de tribus con características culturales diversas.
  • Tenía una organización política y económica relativamente compleja y una división social jerarquizada.
  • Las prácticas rituales tenían gran importancia ya que existía una relación estrecha entre religión y política. Las creencias religiosas se centraban en el culto de los antepasados. Se realizaban enterramientos con ricos ajuares y se practicaban sacrificios humanos.
  • Las construcciones, incluso los palacios, se realizaban en madera, por lo tanto, eran efímeras y no se han conservado. Es característica la ciudad-palacio rodeada por extensas murallas de tierra apisonada en la que habitaba la aristocracia. Este palacio era el centro de todas las actividades administrativas, políticas y religiosas del reino.
  • Se alcanzó un alto nivel en el desarrollo metalúrgico, especialmente en el fundido del bronce. A partir del siglo V a. C. se comenzó a utilizar la técnica de la cera perdida.
  • Se supone que los antiguos chinos desarrollaron un sistema de escritura desde muy temprano, aunque no existen vestigios de anteriores al 1700 a. C. probablemente porque las inscripciones se realizaron en materiales perecederos.
  • Practicaban la adivinación a partir restos óseos de animales. A partir de la dinastía Shang, esta práctica quedó registrada por escrito en los huesos que se consultaban (jiaguwen). Esta es la primera serie coherente de documentos escritos que se conoce en la civilización china.
  • Fuera del núcleo de la civilización de la antigua china regida por las tres dinastías, existieron otros centros de culturas muy avanzadas, pero poco estudiadas por la historiografía tradicional.

Organización política y social

Organización política

Durante las dos primeras dinastías, el gobierno fue ejercido por reyes-chamanes con poder considerado sagrado. El monarca tenía funciones políticas, religiosas, administrativas y guerreras. Se creía que sus comportamientos tenían consecuencias en los acontecimientos del mundo, tanto en las cuestiones naturales como sociales. En este sentido, los cambios de dinastía se habrían producido, según las crónicas antiguas, debido al comportamiento indigno de los reyes.

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A partir de la dinastía Zhou, los reyes perdieron su naturaleza divina y comenzaron a ser considerados representantes del Cielo en la Tierra.

Los reyes mantenían el control sobre distintas regiones gracias a la fuerza militar y a actividades diplomáticas. También se vinculaba con otras regiones mediante relaciones de parentesco.

Organización social

En la cima de la jerarquía social estaba el monarca que, durante las primeras dos dinastías, era considerado una divinidad.

Tanto la familia real como la aristocracia pertenecía a clanes en los que la posición de cada miembro estaba determinada por su pertenencia a ramas principales o secundarias dentro del grupo.

Entre la población común, los artesanos especializados, especialmente quienes trabajaban el bronce y el jade, ocupaban un lugar privilegiado porque los bienes que producían eran muy valorados.

En los estratos más bajos estaban los campesinos que eran numerosos y de los que no existe registro. El tipo de herramientas que utilizaban para cultivar permite sospechar que permanecían en una situación similar a la del período neolítico.

Bibliografía:
  • Gernet, Jacques. El mundo chino. Barcelona, Crítica. 2007.
  • Scarpari, Maurizio. Grandes civilizaciones del pasado. Antigua China. Barcelona, Folio. 2005.

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