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Editorial Grudemi (2019). Ecosistema acuático. Recuperado de Enciclopedia Iberoamericana (https://enciclopediaiberoamericana.com/ecosistema-acuatico/). Última edición: agosto 2019. Consultado el 17 de mayo de 2024.
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Contenidos

Ecosistema acuático

Ecosistema que tiene al agua como elemento básico de desarrollo y crecimiento de las especies que viven en él.

Tabla de contenidos:

Definición

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El ecosistema acuático es aquel ecosistema que tiene al agua como elemento básico de desarrollo y crecimiento de todas las especies que viven en él.

Este se compone de elementos de flora y fauna que se reúnen bajo un cuerpo de agua con propiedades que generan vida. Dichos cuerpos de agua pueden ser océanos, mares, ríos, lagos, pantanos, arroyos o lagunas.

Arrecifes de coral, uno de los ecosistemas acuáticos más diversos sobre la tierra.

Arrecifes de coral, uno de los ecosistemas acuáticos más diversos sobre la tierra.

Los ecosistemas acuáticos, además de proporcionar el espacio donde muchas especies subsisten, proveen una serie de elementos inertes que son fundamentales para el ciclo de vida de las especies que lo habitan.

La variedad y cantidad de especies que se desarrollarán en un determinado ecosistema dependerá de su nivel de salinidad, la temperatura de su agua, la exposición solar, la profundidad, su disponibilidad de alimento, entre otros factores.

Características

Entre las principales características de los ecosistemas acuáticos podemos destacar que:

  • Pueden ser de agua dulce o agua salada.
  • Proporcionan el espacio de vida de muchas especies subacuáticas.
  • Su flora está compuesta principalmente por algas y corales.
  • Tienen una elevada diversidad biológica que los posiciona como los ecosistemas más productivos y ricos del planeta.
  • Cumplen ciertas funciones esenciales en la vida del planeta, tal como ayudar a la regulación del ciclo hidrológico y actuar como filtro de contaminación.

Tipos

Marinos

También conocidos como ecosistemas de agua salada, estos son más estableces que los de agua dulce. Se pueden clasificar en:

  • Mares: zona costera o mar abierto donde se suele encontrar una gran variedad de fauna debido a sus temperaturas y exposición a la luz.
  • Océanos: gran extensión de agua que posee una gran profundidad, luz solar escasa y temperatura templada.
  • Arrecifes de coral: estructura subacuática que se encuentra en agua salada y posee una gran vida marítima.
  • Estuarios: ecosistema que se da en la desembocadura de un río amplio y profundo que une agua salada y dulce con agua de mar.

Agua dulce

Los ecosistemas de agua dulce se pueden clasificar en:

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  • Lagos y estanques: aguas dulce con poco caudal que concentran una menor vida acuática que otras de su tipo.
  • Arroyos y ríos: aguas dulce de flujo constante que contienen una gran vida marítima.
  • Embalses: ecosistema que se ha originado a partir de la agrupación de agua debida al derrumbe de una ladera u obstrucción de caudal.
  • Humedales: zonas de tierras que se han cubierto de agua y, al estar desprovistas de oxígeno, han dado lugar a un ecosistema.

Biodiversidad

Los ecosistemas acuáticos albergan una asombrosa diversidad de vida, contribuyendo significativamente a la biodiversidad global. La variedad de organismos presentes en estos entornos incluye desde microorganismos hasta peces grandes y mamíferos marinos. La biodiversidad en los ecosistemas acuáticos se manifiesta en diferentes niveles, tanto en términos de especies como de hábitats.

  • Peces: los ecosistemas acuáticos son hogar de una multitud de especies de peces adaptadas a diversas condiciones ambientales. Desde los pequeños peces de arrecife hasta los grandes depredadores como tiburones y atunes, la variedad de formas y comportamientos es sorprendente.
  • Invertebrados acuáticos: los arrecifes de coral, los lechos marinos y los fondos de ríos albergan una rica diversidad de invertebrados, incluyendo esponjas, corales, moluscos, crustáceos y muchos más. Estos organismos cumplen roles cruciales en la estructura y función de los ecosistemas acuáticos.
  • Plantas acuáticas: desde las algas microscópicas hasta las macroalgas y plantas acuáticas emergentes, la vegetación en los ecosistemas acuáticos es fundamental para la salud del entorno. Las plantas acuáticas proporcionan refugio, alimentos y contribuyen al ciclo de nutrientes.
  • Microorganismos: los microorganismos acuáticos, como bacterias y fitoplancton, son esenciales para los ciclos biogeoquímicos y la producción de oxígeno. Estos organismos microscópicos son la base de la cadena alimentaria y tienen un impacto crucial en la calidad del agua.

Impacto humano

Río contaminado por residuos urbanos. Zunil, Guatemala, por Alexander Schimmeck.

Río contaminado por residuos urbanos. Zunil, Guatemala, por Alexander Schimmeck.

El impacto humano en los ecosistemas acuáticos es evidente a través de diversas actividades que amenazan la salud y la estabilidad de estos entornos cruciales. La contaminación del agua, proveniente de vertidos industriales, residuos urbanos y pesticidas agrícolas, introduce sustancias tóxicas que comprometen la calidad del agua y tienen consecuencias perjudiciales para la vida acuática. Esta contaminación puede afectar la reproducción, la alimentación y la supervivencia de los organismos, generando un desequilibrio en el ecosistema.

La sobreexplotación de recursos acuáticos representa otro desafío significativo. La pesca excesiva y la extracción desmedida de recursos pueden llevar a la disminución de poblaciones de peces y otros organismos, afectando negativamente la biodiversidad y desestabilizando las cadenas tróficas. La falta de prácticas pesqueras sostenibles amenaza la capacidad de los ecosistemas acuáticos para mantener poblaciones saludables y equilibrar sus funciones naturales.

Además, la alteración y destrucción de hábitats acuáticos debido a la urbanización, la agricultura intensiva y la construcción de infraestructuras representan un riesgo para la biodiversidad y la capacidad de los ecosistemas para proporcionar servicios ecológicos esenciales. Los cambios climáticos, incluido el calentamiento de los océanos y la acidificación del agua, así como la introducción de especies invasoras, contribuyen aún más a los desafíos que enfrentan los ecosistemas acuáticos.

En respuesta a estos impactos, la gestión ambiental sostenible, regulaciones efectivas y la promoción de la conciencia pública son esenciales. La comprensión y mitigación de los efectos de la actividad humana en los ecosistemas acuáticos son cruciales para garantizar la preservación de la biodiversidad y la funcionalidad a largo plazo de estos hábitats vitales.

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Editorial Grudemi (2019). Ecosistema acuático. Recuperado de Enciclopedia Iberoamericana (https://enciclopediaiberoamericana.com/ecosistema-acuatico/). Última edición: agosto 2019. Consultado el 17 de mayo de 2024.
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