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Editorial Grudemi (2021). Juan Manuel de Rosas. Recuperado de Enciclopedia Iberoamericana (https://enciclopediaiberoamericana.com/juan-manuel-de-rosas/). Última edición: mayo 2021. Consultado el 14 de mayo de 2024.
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Contenidos

Retrato de Juan Manuel de Rosas de pintor italiano Cayetano Delcalzi.

Juan Manuel de Rosas

Político y hacendado rioplatense que gobernó la provincia de Buenos Aires y dirigió la política exterior de la Confederación Argentina.

Tabla de contenidos:

Datos

Nacimiento Buenos Aires, Virreinato del Río de la Plata, 30 de marzo de 1793.
Fallecimiento Swanthling (Southampton), Inglaterra, 14 de marzo de 1877 (83 años).
Ocupación Político y hacendado.
Causa de la muerte Fallo cardíaco.

¿Quién fue?

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Juan Manuel de Rosas fue un político y hacendado rioplatense que gobernó la provincia de Buenos Aires y dirigió la política exterior de la Confederación Argentina durante casi treinta años a mediados del siglo XIX.

Ejerció un gobierno caracterizado por su intervención personal en cada aspecto de la vida de los porteños, desde las cuestiones públicas hasta las privadas. Su carácter fuerte y autoritario marcó ese período de la historia argentina, que se conoce como «la época de Rosas».

Primeros años y juventud

Retrato de Juan Manuel de Rosas de pintor italiano Cayetano Delcalzi.

Retrato de Juan Manuel de Rosas de pintor italiano Cayetano Delcalzi.

Juan Manuel José Domingo Ortiz de Rosas nació en Buenos Aires, en ese entonces capital del Virreinato del Río de la Plata, el 30 de marzo de 1793.

Sus padres fueron Agustina Teresa López y Osornio, una propietaria de tierras que administraba personalmente con eficiencia y León Ortiz de Rosas militar y funcionario del virreinato.

A pesar de que los deseos de su padre eran que se dedicara a la actividad militar, desde pequeño se sintió más interesado por la vida de campo donde se sentía más libre y no debía subordinarse a una jerarquía rigurosa, como en el ejército. Después de un breve paso por una escuela privada de Buenos Aires, se dedicó a la administración de la estancia familiar.

En 1806, durante la primera Invasión Inglesa al Río de la Plata, participó en la reconquista de Buenos Aires y al año siguiente, durante la segunda invasión, se alistó en una compañía de Migueletes junto a la que actuó en la defensa de la ciudad.

No participó del proceso de la Revolución de Mayo ni de las luchas independentistas. Durante ese período se dedicó a la administración de las estancias familiares en la provincia de Buenos Aires.

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El 16 de marzo de 1813, contrajo matrimonio con Encarnación Ezcurra Arguibel a pesar de la oposición de sus padres y de los de su novia. Encarnación era una mujer de carácter fuerte y decidido. Será la gran aliada y principal promotora de Rosas cuando el inicie su actividad política. Con Encarnación tuvo tres hijos, Juan Bautista (1814), María Encarnación (que falleció a pocas horas de nacer) y Manuela (1817), su hija favorita quien lo acompañó durante toda su vida política y se exilió con él.

Rosas hacendado

En 1815, Rosas se separó de los negocios familiares e inició una empresa de producción de carne salada para exportar en sociedad con Luis Dorrego y Juan Nepomuceno Terrero. Gracias al éxito obtenido en sus empresas, durante la década de 1820 se dedicó a comprar tierras y a administrar estancias de terceros.

Rosas era muy observador, minucioso y detallista. Durante esos años, aprendió a conocer e interpretar las costumbres de los habitantes de la campaña. Se manejaba con ellos con un rigor paternalista que lo hizo muy popular. Era riguroso, pero también compartía su comida, sus trabajos, sus condiciones de vida con lo cual se ganó la confianza de los gauchos.

En su estancia «Los Cerrillos» organizó un pequeño ejército de gauchos fieles, «Los colorados del Monte», que funcionaba como una milicia disciplinada y eficiente.

El desorden que sobrevino a la Batalla de Cepeda (1820) lo convenció de que era necesaria una intervención política fuerte para organizar la provincia y asegurar las condiciones para la producción y la exportación de bienes.

La vida política

Cuando se inició en la vida política, Rosas era un hacendado rico y respetado. Lo apoyaban tanto la elite terrateniente, que conocía su eficiencia y compartía sus intereses, como las personas de las clases más humildes que veían en él a alguien que entendía sus necesidades.

Conocido por su sentido práctico y su habilidad para manejar a los subordinados, tenía una voluntad negociadora que, acompañada por su poder militar, con frecuencia le permitía ejercer su voluntad. Para los porteños era la persona indicada para pacificar y organizar la provincia.

El 8 de diciembre de 1829, fue elegido gobernador por la Junta de Representantes, se le otorgaron facultades extraordinarias y el título de Restaurador de las leyes.

Primer gobierno

Durante el primer gobierno, Rosas se dedicó a organizar y sanear la economía provincial.

Entre 1830 y 1831, se profundizaron los conflictos entre unitarios y federales. En ese contexto, Rosas apoyó la formación del Pacto Federal, que agrupaba a las provincias lideradas por federales, con la promesa de favorecer la sanción de una Constitución nacional para organizar el Estado cuando los conflictos se resolvieran. Sin embargo, cuando la Liga Unitaria, encabezada por el general José María Paz fue vencida, Juan Manuel de Rosas encontró el modo de postergar la convocatoria.

Entre 1832 y 1835, a causa de disidencias con la Junta de Representantes, Rosas se retiró de la actividad política. Mientras en Buenos Aires, Encarnación Ezcurra, su esposa, se ocupaba de la organización de estrategias para que recuperara el poder, Rosas se retiró al interior de la provincia para organizar una campaña militar que asegurara la frontera, siempre conflictiva, con los indígenas. Su objetivo era incorporar tierras para la producción ganadera pero también conseguir el apoyo incondicional de los ganaderos y terratenientes.

Segundo gobierno

Afiche de la época que muestra a Juan Manuel de Rosas como el salvador de la sociedad.

Afiche de la época que muestra a Juan Manuel de Rosas como el salvador de la sociedad.

En 1834, nuevos conflictos entre las provincias del norte crearon un clima general de incertidumbre. El temor del regreso de la anarquía de años anteriores decidió a los representantes porteños a elegir nuevamente a Rosas como gobernador de la provincia en las condiciones que él imponía: se le otorgaron facultades extraordinarias y suma del poder público.

A partir de ese momento, se inició un período que duraría hasta 1852 en el que Rosas fue la persona más poderosa de la Confederación.

Aduciendo distintas excusas, se negó sistemáticamente a convocar a un congreso constitucional para organizar las provincias a las que mantuvo dominadas con una política de control económico que consistía en evitar compartir los ingresos de la aduana, pero compensando con subsidios para que dependieran económicamente de él.

Su gobierno se transformó en una dictadura que no dudó en aplicar métodos de terrorismo de Estado. Su grupo de choque, la Sociedad Popular Restauradora, más conocida como «La mazorca» se transformó en un grupo parapolicial de control de la sociedad. Construyó una unificación ideológica, sostenida por un sistema de símbolos, como el color rojo punzó, las divisas, etc., que eliminó cualquier forma de disidencia.

Al mismo tiempo, ejerció una política exterior proteccionista y fuerte que le granjeó la admiración y el reconocimiento de José de San Martín, quién, después de la Batalla de Vuelta de Obligado, en la que enfrentó una escuadra anglo-francesa que pretendía navegar los ríos interiores argentinos sin autorización, le envió una carta felicitándolo por su defensa de la soberanía.

Caída, exilio y muerte

Desde el inicio de su designación, Rosas presentaba regularmente la renuncia a la representación de las relaciones exteriores sabiendo que no le sería aceptada. Pero en 1851, Justo José de Urquiza, que era gobernador de la provincia de Entre Ríos y se veía perjudicado por la prohibición de libre navegación de los ríos, la aceptó mediante un decreto conocido como Pronunciamiento de Urquiza. A continuación, lo enfrentó en la Batalla de Caseros el 3 de febrero de 1852 y lo venció.

Ese mismo día, sabiendo que su vida estaba en peligro, se refugió en la fragata de guerra inglesa Centaur, que se encontraba en el puerto de Buenos Aires y viajó a Inglaterra donde se exilió. Durante los siguientes 25 años vivió de las ayudas económicas de sus amigos ya que sus bienes habían sido confiscados.

El 14 de marzo de 1877, a la edad de 83 años, Juan Manuel de Rosas falleció a causa de un fallo cardíaco en su granja de Swanthling, cerca de Southampton, Inglaterra sin haber regresado nunca a América.

Bibliografía:
  • Fradkin, Raúl y Gelman Jorge. Juan Manuel de Rosas. La construcción de un liderazgo político. Buenos Aires, Edhasa. 2016.
  • Luna, Félix (dir.). Juan Manuel de Rosas. Col. Grandes protagonistas de la Historia Argentina, Buenos Aires, Planeta. 1999.
  • Rosasco, Eugenio. Color de Rosas. Buenos Aires, Sudamericana Joven. 1992.
  • Sáenz Quesada, María. Mujeres de Rosas, Buenos Aires, Planeta. 1991.

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