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Marcelo Néstor Musa (2023). Bernardino Rivadavia. Recuperado de Enciclopedia Iberoamericana (https://enciclopediaiberoamericana.com/bernardino-rivadavia/). Última edición: abril 2024. Consultado el 29 de abril de 2024.
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Retrato anónimo de Bernardino Rivadavia durante la época de su estadía en Londres.

Bernardino Rivadavia

Político porteño, primer presidente de la Nación argentina entre 1826 y 1827.

Tabla de contenidos:

Datos

Nacimiento Buenos Aires, Virreinato del Río de la Plata, 20 de mayo de 1780.
Fallecimiento Cádiz, España, 2 de septiembre de 1845.
Ocupación Político porteño, primer presidente de la Nación argentina entre 1826 y 1827.
Causa de la muerte Enfermedad desconocida.

¿Quién fue?

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Bernardino Rivadavia fue un dirigente político rioplatense que vivió entre fines del siglo XVIII y mediados del siglo XIX. De ideas centralistas, admiraba la organización política de Gran Bretaña y las obras de pensadores liberales como Adam Smith y David Ricardo.

Inició su carrera política como secretario del Primer Triunvirato, que entre 1811 y 1812 aplicó una política conservadora que postergó la declaración de la Independencia.

Junto a Manuel Belgrano, cumplió luego una misión diplomática en Europa, gestionando el apoyo a la Revolución de Mayo.

Entre 1820 y 1824 fue ministro de Gobierno de la provincia de Buenos Aires. Emprendió entonces importantes reformas políticas, educativas y eclesiásticas y gestionó el primer empréstito de la historia argentina, iniciando así el problema de la deuda externa.

Tras el inicio de la guerra contra el Imperio de Brasil, en 1825, el Congreso General lo designó como presidente de la Nación argentina.

La sanción de la Constitución de 1826, de tendencia unitaria, y la firma de un tratado de paz que reconocía la incorporación de la Banda Oriental al Imperio del Brasil, motivaron su renuncia a la presidencia. Desde entonces y hasta su muerte se vio obligado a vivir en el exilio.

A pesar de la brevedad de su carrera política, muchos historiadores consideran que las reformas que emprendió dejaron una huella profunda, en especial, la fundación de la Universidad de Buenos Aires y la adopción del sufragio universal masculino.

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La famosa frase “el sillón de Rivadavia” alude al hecho de que los presidentes argentinos que se sucedieron a partir de 1854 ocuparon el cargo que por primera vez ostentó Rivadavia.

Infancia, juventud y formación intelectual

Bernardino de la Trinidad González de Rivadavia y Rodríguez de Rivadavia nació en la Ciudad de Buenos Aires, en 1780.

Su padre era el abogado gallego Benito Bernardino González de Ribadavia y su madre María Josefa de Jesús Rodríguez de Ribadavia y Rivadeneyra.

En 1798 ingresó en el Real Colegio de San Carlos, en el que cursó gramática, filosofía y teología. Abandonó los estudios en 1803 sin haberse graduado en ninguna de estas asignaturas.

Durante las Invasiones Inglesas de 1807 sirvió como oficial del Tercio de Voluntarios de Galicia, una de las milicias organizadas para repeler a los invasores.

En 1808 el virrey Santiago de Liniers lo nombró alférez real pero este nombramiento fue rechazado por el Cabildo, dominado por los realistas.

Vida privada

El 14 de diciembre de 1809 se casó con la criolla Juana del Pino, hija de Joaquín del Pino, ex virrey del Río de la Plata. La ceremonia tuvo lugar en la iglesia de Nuestra Señora de la Merced de Buenos Aires.

Con Juana tuvo cuatro hijos: José Joaquín, Constancia (que murió antes de cumplir los 4 años), Bernardino Donato y Martín.

Inicios en la política

Durante la Revolución de Mayo asistió al Cabildo abierto del 22 de mayo de 1810, en el que votó a favor de la deposición del virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros.

Apoyó la conformación de la Primera Junta pero se opuso a su posterior ampliación, por lo que conspiró contra la Junta Grande.

A mediados de 1811, después de un golpe institucional que expulsó de Buenos Aires a los diputados del interior, fue designado secretario de Gobierno y Guerra del Primer Triunvirato. Ocupando ese cargo, adquirió resonancia pública al impulsar la sanción del Estatuto de 1811, el fusilamiento de los cabecillas del Motín de las Trenzas y la firma del Tratado Herrera-Rademaker, que puso fin a la intervención portuguesa en la Banda Oriental.

En octubre de 1812, un golpe de Estado encabezado por los militares José de San Martín y Carlos María de Alvear puso fin al poder de Rivadavia. Un nuevo gobierno, el Segundo Triunvirato, tomó la decisión de arrestarlo y de obligarlo a alejarse de la capital.

Misiones diplomáticas

En 1814 el director supremo Gervasio Posadas lo envío a Europa con la misión de conseguir apoyos para la proclamación de la Independencia.

En 1815, acompañado de Manuel Belgrano, realizó negociaciones ante el gobierno británico. Pero Londres, enfrascado en la lucha contra Napoleón Bonaparte, se negó a intervenir en favor de la causa emancipadora.

Gestionó entonces la instauración de un régimen parlamentario encabezado por un miembro de la dinastía de los Borbones. Pero tras la restauración del monarquía absoluta por Fernando VII, su misión diplomática fracasó.

Mientras Belgrano regresó para informar de sus gestiones al Congreso de Tucumán, Rivadavia se radicó en Francia donde trabó amistad con el marqués de Tracy, quien le dio a conocer el pensamiento del politólogo liberal Benjamin Constant y del escritor realista Honoré de Balzac.

Viajó luego a Londres donde palpó las consecuencias de las Revolución Industrial y conoció al filósofo utilitarista Jeremy Bentham, asumiendo la tarea de traducir sus obras al castellano.

Reformas rivadavianas

A fines de 1820, al asumir la gobernación de la provincia de Buenos Aires, Martín Rodríguez lo convocó para que se hiciera cargo del Ministerio de Gobierno.

Para modernizar el Estado provincial y estimular el progreso, Rivadavia impulsó un conjunto de medidas que pueden ser clasificadas de la siguiente manera:

  • Reformas políticas: promulgó una ley de amnistía que permitió regresar a varios exiliados y suprimió varias instituciones coloniales, como el Consulado y el Cabildo. Este último fue reemplazado por la Sala de Representantes, cuyos integrantes eran votados por todos los varones libres mayores de 20 años, tanto de la ciudad como de la campaña.
  • Reformas eclesiásticas: suprimió los fueros eclesiásticos (que permitían a las órdenes monásticas tener sus propias cortes de justicia), confiscó los bienes de varias órdenes religiosas y creó la Sociedad de Beneficencia.
  • Reformas militares: pasó a retiro a muchos militares que habían peleado en las guerras de la Independencia.
  • Reformas económicas: solicitó un préstamo al banco británico Baring Brothers con el objetivo de construir un puerto, extender la red de agua potable y levantar fortines en los territorios conquistados por Martín Rodríguez a los pueblos originarios. Esas tierras fueron ofrecidas en garantía a los británicos y como no podían venderse, Rivadavia hizo sancionar la Ley de Enfiteusis, que proponía alquilarlas a pequeños arrendatarios para que las destinaran a cultivar cereales.
  • Reformas educativas: impulsó la creación de escuelas primarias y de bibliotecas populares, transformó el Real Colegio de San Carlos en Colegio de Ciencias Morales y fundó la Universidad de Buenos Aires.

Tras el fin del gobierno de Martín Rodríguez, su sucesor, el general Gregorio Las Heras, le ofreció continuar en el cargo, pero Rivadavia no aceptó la propuesta.

Presidencia

En 1825 el inicio de una guerra contra el Brasil por el domino de la Banda Oriental tuvo como consecuencia la designación de Rivadavia como presidente de la Nación argentina.

Como primer mandatario, reclutó un ejército nacional, declaró a la ciudad de Buenos Aires como capital del país e impulsó la sanción de una constitución de carácter unitario.

Estas medidas provocaron gran descontento, por lo que Rivadavia creyó conveniente firmar un tratado de paz para poner fin a la guerra. Los términos del acuerdo, que aceptaban la incorporación de la Banda Oriental al Imperio brasileño, conspiraron contra su continuidad en el cargo. Sin apoyos, se vio obligado a renunciar a mediados de 1827.

Exilio

En 1829 se exilió en Francia, dejando a su familia en Buenos Aires. En París se ganó la vida como traductor de obras como La democracia en América de Alexis de Tocqueville.

Emprendió el regreso en 1834 trayendo una propuesta para instaurar una monarquía encabezada por un príncipe europeo. Pero el gobernador porteño Juan José Viamonte no le permitió desembarcar en Buenos Aires.

Junto a su mujer y su hijo Martín se estableció en Uruguay, primero en Mercedes y luego en Colonia. Allí compró una finca en la que introdujo dos colmenas de origen francés, que produjeron miel y cera.

En 1838, por presiones políticas ejercidas por Juan Manuel de Rosas, se lo obligó a exiliarse en Santa Catalina, en el sur de Brasil. Poco después se estableció en Río de Janeiro donde, en 1841 Juana falleció tras un accidente doméstico.

Muerte

Deprimido por la muerte de su esposa y por el alejamiento de su hijo Martín (que regresó a Buenos Aires), viajó a España a finales de 1842. Compró una casa en la ciudad de Cádiz, en la que se instaló con las hijas de su hermano menor Santiago, fallecido en 1823. Poco después, el descubrimiento de que sus sobrinas estaban robándole el poco dinero que le quedaba resquebrajó su salud. Murió el 2 de septiembre de 1845, a los 65 años.

A pesar de que en su testamento pidió expresamente no ser sepultado en Buenos Aires, en 1857 sus restos fueron repatriados por el gobierno porteño. Luego de rendirles homenaje, fueron depositados en el Cementerio de la Recoleta.

Allí permanecieron hasta 1932, cuando el gobierno del general Agustín P. Justo trasladó sus restos a un gran mausoleo levantado en una plaza ubicada en el barrio de Balvanera de la Ciudad de Buenos Aires.

Bibliografía:
  • Galmarini, Hugo R. Los negocios del poder. Reforma y crisis del Estado, 1776-1826. Buenos Aires, Corregidor, 2000.
  • Luna, Félix. Breve historia de los argentinos. Buenos Aires, Planeta, 1993.
  • Pigna, Felipe. Los mitos de la historia argentina. Buenos Aires, Planeta, 2005.
  • Romero, José Luis, y Romero, Luis Alberto. Buenos Aires, historia de cuatro siglos. Buenos Aires, Abril, 1983
  • Rosa, José María. Rivadavia y el imperialismo financiero. Buenos Aires, A. Peña Lillo, 1969.
  • Ternavasio, Marcela. Historia de la Argentina, 1806-1852. Buenos Aires, Siglo XXI, 2009.

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Acerca del autor:

Profesor en Enseñanza Media y Superior en Historia (Universidad de Buenos Aires). Autor, editor y coordinador de contenidos editoriales.

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Marcelo Néstor Musa (2023). Bernardino Rivadavia. Recuperado de Enciclopedia Iberoamericana (https://enciclopediaiberoamericana.com/bernardino-rivadavia/). Última edición: abril 2024. Consultado el 29 de abril de 2024.
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