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Paola Maurizio (2023). San Ignacio de Loyola. Recuperado de Enciclopedia Iberoamericana (https://enciclopediaiberoamericana.com/san-ignacio-de-loyola/). Última edición: abril 2024. Consultado el 29 de abril de 2024.
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Contenidos

San Ignacio de Loyola, pintura de Francisco Zurbarán.

San Ignacio de Loyola

Evangelizador, sacerdote.

6m
·
Tabla de contenidos:

Datos

Nacimiento Azpeitía, Guipúzcoa, Corona de Castilla (actualmenteEspaña), c. 23 de octubre de 1491.
Fallecimiento Roma, Estados Pontificios, c. 31 de julio de 1556.
Ocupación Evangelizador, sacerdote.
Causa de la muerte Desconocida.

¿Quién fue?

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San Ignacio de Loyola es un santo de la Iglesia católica originario de la provincia de Gipúzcoa, España. Nació en una familia aristocrática, y siguiendo la tradición de la nobleza fue cortesano y militar.

Luego de un acercamiento a la figura de Jesús y un tortuoso proceso de conversión, decidió dedicar su vida a difundir el Evangelio y fundó la Compañía de Jesús.

Los miembros de esa orden,que comenzaron a ser conocidos como jesuitas fueron muy influyentes en el Concilio de Trento, determinante para la Contrarreforma católica.

San Ignacio de Loyola, pintura de Francisco Zurbarán.

San Ignacio de Loyola, pintura de Francisco Zurbarán.

La conversión tardía de Ignacio estuvo marcada por momentos de dudas y cuestionamientos que combatió con períodos de aislamiento para profundizar la reflexión espiritual, oraciones y penitencia.

Una vez encontrada la paz espiritual, su objetivo fue devolver a la iglesia católica a los fieles que habían abrazado el protestantismo y también evangelizar a los habitantes de los territorios recientemente descubiertos por los europeos en su expansión, como América y Asia. En ese proceso, Ignacio comprendió la necesidad del estudio disciplinado para desarrollar argumentos y estrategias veraces y dedicó muchos años a su formación intelectual, así como al estímulo del estudio en los miembros de la orden.

Infancia, juventud y formación intelectual

Ignacio, bautizado como Iñigo López de Oñaz y Loyola, fue el menor de los trece hijos de Beltrán Yáñez de Oñaz y Loyola y Marina Sáez de Licona y Balda. Ambos padres pertenecían a familias nobles y ricas.

Su madre falleció cuando Iñigo tenía seis años y su padre diez años más tarde, por lo que el niño quedó a cargo de sus hermanos mayores. Sin embargo, tuvo una infancia mimada y consentida como menor de una familia numerosa.

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En 1508 fue enviado a la corte real como paje del contador Juan Velázquez, que había sido amigo de su padre. Allí fue educado en los valores cortesanos y caballerescos. También aprendió el uso de las armas que lo llevaría a participar de varias batallas.

Ignacio pasó su adolescencia y primera juventud llevando una vida mundana, entre torneos de caballeros, fiestas, excursiones de caza y aventuras amorosas hasta que, en 1521, mientras defendía Pamplona sitiada por el rey de Francia, recibió una herida grave en una pierna.

Durante el largo período de recuperación en Loyola comenzó su proceso de conversión a partir de la lectura de los únicos libros que había en la propiedad, que eran religiosos: una historia de Cristo y una vida de santos.

El desarrollo de su vocación

Los meses que pasó inmovilizado, convaleciente de su herida, le sirvieron a Iñigo para profundizar su vocación mientras sostenía una lucha espiritual entre el deseo de dedicar su vida a Dios y el de continuar con su vida mundana, hasta que notó que sus pensamientos eran más satisfactorios cuando se relacionaban con lo divino y lo dejaban con una sensación de vacío interior cuando se relacionaban con su vida pasada.

A partir de ese momento decidió tomar la vía espiritual, para lo cual resolvió hacer penitencia y peregrinar, primero a Monserrat para rendir homenaje a la Virgen, y luego a Tierra Santa para purificar su alma.

En Manresa, cerca de Monserrat, se detuvo un año a causa de una epidemia de peste. Una crisis espiritual lo llevó a escribir los Ejercicios espirituales con reflexiones que lo ayudaron a recuperar la motivación religiosa. Ese texto ha sido desde entonces la herramienta para la experiencia religiosa de numerosas personas incluso hasta la actualidad.

En febrero de 1532, Iñigo inició finalmente su peregrinación a Tierra Santa. Desde Barcelona partió hacia Roma, luego continuósu viaje hacia Venecia desde donde se embarcó con destino a Chipre y finalmente a Jaffa, continuando por tierra hasta Jerusalén.

A su regreso a Europa sintió la necesidad de adquirir conocimientos que le ayudaran a desarrollar los argumentos necesarios para la evangelización,que se había convertido en su mayor propósito. Con ese fin, estudió algunos años en Barcelona y en la Universidad de Alcalá. Durante ese tiempo estuvo dos veces prisionero de la Inquisición española acusado de difundir doctrinas peligrosas y de no tener la formación suficiente para predicar. Al ser liberado decidió dirigirse continuar sus estudios en París.

En la Universidad de París, se formó en filosofía y teología en el Colegio de Santa Bárbara, donde permaneció hasta 1534. En ese ámbito casi monástico conoció a los primeros compañeros que seguirían sus pasos en adelante. Este fue el primer núcleo de lo que luego sería la Compañía de Jesús y sus miembros, aun antes de integrar la orden, hicieron voto de pobreza, de castidad y de predicar el Evangelio en Tierra Santa o donde el Papa les indicara.

La Compañía de Jesús

La Compañía de Jesús quedó constituida oficialmente en 1540 con la emisión de una bula papal. Su misión era consagrarse a la enseñanza del Evangelio entre los protestantes, los ateos y los herejes.

Ignacio fue designado superior general de la orden y destinó el resto de su vida a organizarla y dirigirla desde Roma. En esta actividad, se dedicó a la fundación de colegios para formar a los sacerdotes; universidades y seminarios, así como a estimular el desarrollo de las misiones jesuíticas en todo el mundo.

San Ignacio de Loyola representado en un grabado como fundador de la orden de la Compañía de Jesús.

San Ignacio de Loyola representado en un grabado como fundador de la orden de la Compañía de Jesús.

Muerte

La salud de Ignacio fue muy frágil durante los últimos años de su vida, falleció probablemente de una afección a la vesícula el 31 de julio de 1556.

Fue beatificado el 27 de julio de 1609 por el papa Pablo V y canonizado el 12 de marzo de 1622 por el papa Gregorio XV.

San Ignacio de Loyola es el patrono de las provincias de Vizcaya y Guipúzcoa, en la actual comunidad española del País Vasco, también se lo considera protector de los soldados. Se lo venera en el mes de julio.

Bibliografía:
  • Butler, Alban. Vida de los Santos, vol. 3. (1756-59). Traducida y adaptada por Wifredo Guinea, S. J., México, C. I. John W. Clute S. A, 1965.
  • Rivadeneira, Pedro S. J. Vida del bienaventurado padre Ignacio de Loyola, (ca. 1583), Madrid, Administración del “Apostolado de la prensa”, 1900.

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Acerca del autor:

Licenciada en Gestión e Historia de las Artes, Editora. Autora y editora de contenidos educativos y de divulgación.

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Paola Maurizio (2023). San Ignacio de Loyola. Recuperado de Enciclopedia Iberoamericana (https://enciclopediaiberoamericana.com/san-ignacio-de-loyola/). Última edición: abril 2024. Consultado el 29 de abril de 2024.
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