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Caballeros templarios
Orden monástica y militar cristiana que actuó durante la época de las Cruzadas.
Datos |
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Fecha de fundación | 1118 |
Carácter | Orden monástica y militar |
Religión | Cristiana |
Patrono | San Bernardo de Claraval |
Símbolo | Cruz patada roja |
Lema | “No a nosotros, Señor, no a nosotros. Sino a tu nombre sea dada la gloria» |
Fecha de disolución | 1312 |
¿Quiénes fueron?
Se denomina caballeros templarios a los miembros de una de las órdenes militares cristianas más poderosas de la Baja Edad Media.
El signo distintivo de los templarios era el manto blanco, símbolo de pureza y castidad, con una cruz de color rojo patada a la altura del pecho, justo encima del corazón.
Los templarios tuvieron una destacada actuación durante la Segunda Cruzada, durante la cual protegieron al rey Luis VII de Francia. También participaron de la Tercera Cruzada, cuando apoyaron a Ricardo I de Inglaterra, que llegó a un acuerdo con el sultán musulmán Saladino para convertir a Jerusalén en una ciudad libre para el peregrinaje de fieles de todas las religiones.
Además de actuar en Tierra Santa, los templarios estuvieron presentes en los territorios de Francia, Inglaterra, el Sacro Imperio Romano Germánico y en la península ibérica, donde lucharon contra los musulmanes durante la Reconquista española.
La orden alcanzó su apogeo hacia 1170, cuando llegó a tener más de veinte mil miembros.
La pérdida de la ciudad de San Juan de Acre, en 1291, marcó el declive de los caballeros templarios, que debieron retirarse de Tierra Santa e instalar su cuartel general en la isla de Chipre.
Si bien la orden fue disuelta por el papa Clemente V en 1312, hay indicios de que siguió actuando en la clandestinidad durante los siguientes siglos.
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La Orden de los Caballeros Templarios fue creada en 1118 por Hugo de Payens y otros ocho caballeros franceses en la ciudad de Jerusalén, a la que habían llegado durante la Primera Cruzada. En 1129, el papa Honorio II aprobó oficialmente su creación durante las sesiones del Concilio de Troyes.
El patriarca latino de Jerusalén, Garmond de Picquiqny, le impuso la llamada Regla latina, que explicitaba cómo debía ser el comportamiento de un caballero.
Luego de que el rey de Jerusalén, Balduino II, los instalara en un palacio cercano al antiguo Templo de Salomón, adoptaron el nombre de Orden de los Pobres Caballeros de Cristo del Templo de Salomón, también conocida como Orden de los Caballeros del Templo u Orden del Templo.
Misión y funciones
La misión primordial de los caballeros templarios consistía en proteger a los cristianos que peregrinaban a Jerusalén y otros lugares de Tierra Santa.
Esa misión original pronto dejó lugar a otra: los templarios se transformaron en el brazo armado de la Iglesia católica, siendo la fuerza de choque en las batallas decisivas de las Cruzadas. Así, por ejemplo, en 1177 durante la Batalla de Montgisard, 500 caballeros templarios ayudaron a derrotar al ejército de Saladino, compuesto por más de 25.000 soldados.
En el Occidente europeo, la función militar fue reemplazada por la económica, salvo en la península Ibérica, donde por una parte participaron en las campañas de los reyes cristianos contra los musulmanes y, por otra, llevaron a cabo una serie de actividades económicas destinadas a solventar la guerra en Tierra Santa.
La orden se enriqueció rápidamente gracias a las donaciones de tierras, castillos, molinos, iglesias y a las rentas que obtenía de su explotación. Con frecuencia, los bienes iban acompañados de personas, que ingresaban en la orden como frailes o como donados. También aumentaron su patrimonio con una política de concentración de tierras mediante permutas, compras y ventas. A menudo, sólo trabajaban directamente una parte de esas tierras, las más cercanas y sobre todo las más productivas. El resto la cedían con diferentes tipos de contratos de arrendamiento.
Durante el siglo XIII su riqueza creció hasta límites insospechados llegando a conceder préstamos de dinero a reyes y nobles. De esa manera, la orden dispuso de suficientes recursos como para financiar la construcción de setenta iglesias y casi ochenta catedrales.
Sus crecientes desplazamientos de mercancías, tropas, caballos y provisiones se hicieron en un principio en barcos alquilados, pero con el correr del tiempo la magnitud del volumen de transporte los decidió a construir sus propios barcos, en especial carracas, taridas y naos. Esas naves, que se construían en sus propios astilleros, transportaban peregrinos a Tierra Santa, escoltadas por galeras armadas que las protegían de la presencia de piratas sarracenos en las aguas del Mediterráneo.
Grandes maestres
La Orden de los Caballeros Templarios estaba regida por un gran maestre, que la gobernaba hasta su muerte o abdicación.
La orden tuvo veintitrés grandes maestres, la mayoría de ellos de origen francés. El gran maestre que estuvo durante más años al frente de la orden fue el último, Jacques de Molay.
El listado de grandes maestres de los templarios es el siguiente:
Número | Nombre | Mandato | Lugar de origen |
1 | Hugo de Payens | 1118-1136 | Francia |
2 | Robert de Craon | 1136-1146 | Francia |
3 | Evrard des Barrès | 1147-1151 | Francia |
4 | Bernard de Tremelay | 1151-1153 | Francia |
5 | André de Montbard | 1154-1156 | Francia |
6 | Bertrand de Blanchefort | 1156-1169 | Francia |
7 | Philippe de Milly | 1169-1171 | Palestina |
8 | Eudes de Saint-Amand | 1171-1179 | Francia |
9 | Arnaldo de Torroja | 1180-1184 | Aragón |
10 | Gérard de Ridefort | 1185-1189 | Francia |
11 | Robert de Sablé | 1191-1193 | Francia |
12 | Gilbert Hérail | 1193-1200 | Aragón |
13 | Phillipe de Plaissis | 1201-1208 | Francia |
14 | Guillaume de Chartres | 1209-1219 | Francia |
15 | Pedro de Montaigú | 1219-1232 | Aragón |
16 | Armand de Périgord | 1232-1244 | Francia |
17 | Richard de Bures | 1245-1247 | Francia |
18 | Guillermo de Sonnac | 1247-1250 | Francia |
19 | Renaud de Vichiers | 1250-1256 | Francia |
20 | Thomas Bérard | 1256-1273 | Italia |
21 | Guillermo de Beaujeu | 1273-1291 | Francia |
22 | Thibaud Gaudin | 1291-1292 | Francia |
23 | Jacques de Molay | 1292-1314 | Francia |
Disolución
Luego de la pérdida de todas las ciudades y fortalezas que tenían en Tierra Santa, la orden de los caballeros templarios comenzó a declinar. A partir de entonces instaló su cuartel general en la isla de Chipre y muchos caballeros regresaron a sus países de origen, donde representaron una presencia molesta para nobles y reyes, que les debían grandes sumas de dinero.
En 1306 el sabio español Ramón Llull presentó un proyecto para fusionar a los templarios con otras órdenes militares, como los hospitalarios. La negativa del gran maestre templario, Jacques de Molay, a aceptar este proyecto de fusión selló el destino de la orden, que se ganó la enemistad del papa de origen francés Clemente V.
Al año siguiente Felipe IV, que les debía grandes sumas de dinero decidió acabar con ellos. El rey francés presentó ante el papa una denuncia conformada por 127 acusaciones entre las que destacaban la posesión de más poder y riqueza que la Iglesia, la toma de juramentos a sus miembros para enriquecer a la orden a toda costa, las relaciones clandestinas mantenidas con los musulmanes, ritos de iniciación en los que se obligaba a los novatos a cometer sacrilegios contra la cruz, el asesinato de los miembros que revelaban secretos de la orden, la adoración de ídolos paganos, etc.
Ese mismo año Jaques de Molay y 140 templarios fueron arrestados y llevados a la Inquisición para ser juzgados. De Molay fue torturado varios días hasta que confesó su culpabilidad y probablemente fue liberado. En 1312, durante el Concilio de Vienne, Clemente V disolvió la orden y transfirió todos sus bienes a la Orden de los Caballeros de San Juan.
En 1314 Felipe IV adujo que de Molay se había retractado de su anterior confesión de culpabilidad y reemprendió el proceso judicial en su contra. El ex gran maestre fue encontrado culpable y quemado en la hoguera frente a la Catedral de Notre Dame.
En los otros países europeos no prosperaron las acusaciones contra los templarios, pero, a raíz de la disolución de la orden, fueron dispersados y sus bienes pasaron o a las monarquías o a órdenes de nueva fundación, como la de Montesa en Valencia y la de Jesucristo en Portugal.
Bibliografía: |
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Profesor en Enseñanza Media y Superior en Historia (Universidad de Buenos Aires). Autor, editor y coordinador de contenidos editoriales.
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