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Marcelo Néstor Musa (2018). Imperialismo europeo. Recuperado de Enciclopedia Iberoamericana (https://enciclopediaiberoamericana.com/imperialismo-europeo/). Última edición: agosto 2018. Consultado el 30 de abril de 2024.
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Contenidos

Imperialismo europeo

Proceso que se caracterizó por el gran desarrollo del capitalismo industrial y la expansión colonial de las grandes potencias de Europa sobre África, Asia y las islas del Pacífico.

Tabla de contenidos:

¿Qué fue el imperialismo europeo?

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El imperialismo europeo fue un proceso que se caracterizó por el gran desarrollo del capitalismo industrial y la expansión colonial de las grandes potencias sobre África, Asia y las islas del Pacífico. Tuvo lugar entre 1875 y 1914 y fue protagonizado por los Estados más industrializados del continente europeo (Gran Bretaña, Alemania y Francia); y también por países en vías de industrialización (Bélgica, Italia y el Imperio ruso).

Estas potencias compitieron entre sí para apropiarse de territorios que les sirvieran como fuentes de materias primas para sus fábricas y de alimentos para su población. También buscaron nuevos mercados donde vender sus productos industrializados.

La creación de imperios coloniales fue justificada por ideas racistas que afirmaban la superioridad de la civilización europea sobre el resto del mundo.

Características

Entre las principales características del imperialismo, se destacan las siguientes:

  • Reparto de casi toda África, las islas del Pacífico y el sudeste asiático entre las potencias industriales de Europa. Esto dio lugar a la formación de grandes imperios coloniales.
  • Establecimiento de cuatro tipos de administración al interior de esos imperios:
    • Las colonias, sometidas a la autoridad política y económica de sus metrópolis.
    • Los protectorados, Estados ocupados que mantenían cierta autonomía. Fue el caso de Egipto, que fue protectorado británico desde 1914.
    • Las concesiones, establecimientos comerciales costeros, por ejemplo Hong Kong, en China.
    • Los Estados mancomunados, que estaban asociados a su país colonizador. Es el caso de Australia, Canadá y Sudáfrica, respecto a Gran Bretaña.
  • Establecimiento de una división internacional del trabajo entre los países industrializados, por un lado, y las colonias y los países en desarrollo, por otro. Las grandes potencias exportaban productos industrializados, capitales y mano de obra e importaban materias primas agrícola-ganaderas y minerales. Las colonias y los países en desarrollo importaban productos industrializados, capitales y mano de obra y exportaban bienes primarios.
  • Migraciones transoceánicas con el objeto de trasladar manos de obra expulsada de las zonas rurales de los países industrializados a las zonas rurales y urbanas de las colonias y los países en desarrollo.
  • Fusión del capital industrial europeo y el financiero debido a la asociación de empresas con bancos.
  • Generación de un nuevo tipo de organización del trabajo que garantizaba una mayor productividad. Esa nueva organización se basó en el uso de las cadenas de montaje y la asignación de una sola tarea a cada operario.
  • Desarrollo de los trusts y los cárteles. Los primeros eran asociaciones de empresas para dominar los mercados mundiales. Los cárteles eran acuerdos de empresas del mismo rubro para evitar la disminución de los precios.

Causas y consecuencias

Causas

Las principales causas del imperialismo europeo fueron las siguientes:

  • Económicas: luego de la crisis de 1873, las grandes potencias necesitaban conseguir fuentes de materias primas para sus industrias y mercados no regulados por medidas proteccionistas donde vender sus productos. También se buscaba invertir los excedentes de capital para obtener grandes ganancias.
  • Políticas: los dirigentes de la época tenían la creencia de que la expansión colonial afianzaría la primacía de sus naciones sobre las otras, debido a que la posesión de colonias era símbolo de poder y prestigio. También se buscaba descomprimir tensiones políticas internas.
  • Demográficas: debido al acelerado crecimiento de la población europea, en algunos países empezaron a escasear los recursos naturales, por lo cual las potencias industriales buscaron expandir sus territorios para obtener alimentos y establecer a la población excedente.
  • Ideológicas: basándose en la teoría de la evolución expuesta por Charles Darwin hacia mediados del siglo XIX, se desarrolló el darwinismo social, según el cual los europeos eran la raza superior y tenían derecho a dominar las naciones consideradas inferiores. Según esta teoría, las potencias europeas tenían la misión de llevar la civilización a aquellos pueblos que se consideraban «salvajes», «bárbaros» o «atrasados».

Consecuencias

Ilustración francesa de 1898 que caricaturiza las ambiciones imperialistas de las grandes potencias, que buscaban repartirse el territorio chino. La caricatura representa a la reina Victoria de Gran Bretaña, al emperador alemán Guillermo II, al zar ruso Nicolás II, y a un samurái japonés. Marianne, que simboliza a la República francesa, observa sin participar del reparto, mientras un chino mandarín intenta frenar el despojo.

Ilustración francesa de 1898 que caricaturiza las ambiciones imperialistas de las grandes potencias, que buscaban repartirse el territorio chino.

Algunas de las principales consecuencias del imperialismo europeo fueron las siguientes:

  • Políticas: los territorios colonizados experimentaron un grado de dependencia respecto a la metrópolis, que estuvo en relación con el tipo de esquema administrativo que les fue impuesto. Esta dependencia generó conflictos, que despertaron una actitud antiimperialista enarbolada por los sectores locales occidentalizados. Luego de la finalización de la Segunda Guerra Mundial, ese sentimiento antiimperialista fue el germen de los movimientos emancipadores que protagonizaron la descolonización de Asia y África.
  • Económicas: la necesidad de explotar económicamente los territorios coloniales hizo necesario la construcción de una infraestructura (caminos, puertos, redes ferroviarias) destinada a dar salida a los productos requeridos por las potencias industrializadas. Al mismo tiempo, se establecieron economías de monocultivos de exportación, que marginaron de los circuitos comerciales a los cultivos destinados al mercado interno.
  • Demográficas: en general, la población local disminuyó debido a las guerras de conquistas, la introducción de enfermedades traídas por los colonizadores y las duras condiciones de la explotación laboral. Allí donde la población local disminuyó drásticamente fue reemplazada por colonos extranjeros.
  • Culturales: tuvo lugar una fuerte aculturación como consecuencia de la implantación de las lenguas, las costumbres y las pautas de conducta de los pueblos colonizadores. La imposición del cristianismo católico, anglicano o protestante desplazó a las creencias religiosas preexistentes o se fusionó con ellas, dando lugar a expresiones de sincretismo religioso.
  • Ecológicas: la introducción de nuevas técnicas de explotación agrícola y de especies vegetales y animales foráneas modificó o destruyó los ecosistemas naturales preexistentes. Así, por ejemplo, las grandes selvas tropicales fueron taladas indiscriminadamente para obtener madera, caucho y ganar terrenos para la agricultura.
Bibliografía:
  • Hobsbawm, Eric. La era del imperio (1875-1914). Buenos Aires, Crítica. 2007.
  • Miege, Jean. Expansión europea y descolonización, de 1870 a nuestros días. Barcelona, Labor. 1976.
  • Rodney, Walter. De cómo Europa subdesarrolló a África. México, Siglo Veintiuno. 1980.
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Acerca del autor:

Profesor en Enseñanza Media y Superior en Historia (Universidad de Buenos Aires). Autor, editor y coordinador de contenidos editoriales.

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Marcelo Néstor Musa (2018). Imperialismo europeo. Recuperado de Enciclopedia Iberoamericana (https://enciclopediaiberoamericana.com/imperialismo-europeo/). Última edición: agosto 2018. Consultado el 30 de abril de 2024.
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