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Montesquieu
Filósofo y jurista francés.
Datos |
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Nacimiento | La Brède, Francia, 18 de enero de 1689. |
Fallecimiento | París, Francia, 10 de febrero de 1755 (66 años). |
Ocupación | Filósofo y jurista francés, uno de los miembros más destacados de la Ilustración. |
Causa de la muerte | Enfermedad desconocida. |
¿Quién fue?
Montesquieu fue un filósofo y jurista francés que vivió entre fines del siglo XVII y mediados del siglo XVIII. Fue miembro de la Academia Francesa y de la Academia de Ciencias de Burdeos.
Se lo considera como uno de los representantes más destacados del movimiento intelectual conocido como Ilustración o Iluminismo.
En sus obras criticó las arbitrariedades del absolutismo monárquico y defendió la aspiración a la libertad y a la felicidad y la tolerancia religiosa. Por esa razón se lo considera un precursor del liberalismo.
Su teoría de la división de poderes, inspirada en el pensamiento del inglés John Locke, se plasmó en la Constitución de los Estados Unidos de 1787 y en otras cartas magnas que la tomaron como modelo.
Infancia, juventud y formación intelectual
Charles Louis de Secondat, barón de Montesquieu, nació el 18 de enero de 1689 en el Castillo de la Brède, al sur de Burdeos, en la región de la Nueva Aquitania francesa.
Su padre fue Jacques de Secondat, que pertenecía a la llamada nobleza de toga, asociada a la compra de cargos estatales. Su madre, Marie-Francoise de Pesnel, murió cuando él tenía 7 años.
Estudió en la escuela de oratoria católica de Juilly y posteriormente siguió la carrera de Derecho, primero en la Universidad de Burdeos y más tarde en la de París.
Publicidad, continua debajoEn 1714, tras el fallecimiento de su padre, volvió a La Brède donde quedó bajo la protección de su tío e ingresó como consejero en el Parlamento de Burdeos.
En 1715 contrajo matrimonio con Jeanne Lartigue, una protestante que le aportó una importante dote y con la cual tuvo tres hijos, Jean Baptiste, Marie-Josèphe y Marie-Catherine.
Al año siguiente, al morir su tío, heredó la fortuna familiar al igual que el título de barón de Montesquieu y la presidencia del Parlamento de Burdeos, que presidió hasta 1727.
Inicio de su carrera literaria
Contando con la tranquilidad que le proporcionaban su título de nobleza y su buen pasar económico, decidió dedicar gran parte de su tiempo a escribir novelas y ensayos.
En 1721 publicó Cartas persas, una sátira basada en la correspondencia imaginaria de un extranjero de paseo por París que hacía notar los absurdos de la sociedad francesa de principios del siglo XVIII. El éxito de esta obra le valió el ingreso a la Academia Francesa.
Viajes por Europa
Como no encontraba atractivo alguno en el ejercicio de la magistratura que había heredado de su tío, vendió el cargo y se dedicó a viajar por Europa. Durante cuatro años observó y analizó las costumbres e instituciones de los diferentes Estados.
Comenzó por recorrer Austria y Hungría, que eran gobernados con mano dura por la dinastía de los Habsburgo.
Paso luego a la dividida Italia y desde allí viajó a Gran Bretaña, donde observó con gran interés el funcionamiento de la monarquía parlamentaria, instaurada tras la Revolución Gloriosa de 1688.
Luego de permanecer 18 meses en Londres, regresó a Francia, gobernada en ese entonces por el rey Luis XV.
Gravitación en la Francia ilustrada
En 1734 escribió Consideraciones sobre las causas de la grandeza y decadencia de los romanos, en la que minimizó el papel de los individuos en el devenir histórico, al plantear que su accionar está condicionado por leyes y causalidades generales.
En 1748 publicó de manera anónima El espíritu de las leyes. Si bien en Francia tuvo una recepción fría tanto entre los defensores y los críticos del régimen absolutista, recibió grandes elogios en el resto de Europa, en especial en Gran Bretaña.
Para contrarrestar algunas las críticas recibidas por parte de jesuitas y jansenistas, en 1750 escribió En defensa del Espíritu de las leyes, pese a lo cual la obra fue prohibida por la Iglesia católica al año siguiente.
A pesar de esa prohibición, escribió varias entradas para la Enciclopedia que, bajo la dirección de Denis Diderot y Jean le Rond D’Alembert, pretendía reunir todos los conocimientos alcanzados hasta entonces por la humanidad.
También frecuentó las tertulias filosóficas y los salones literarios organizados por las grandes damas de la corte real, entre ellas Madame Geoffrin y la marquesa de Deffand.
Pensamiento político
Montesquieu desarrolló en extenso las ideas de John Locke acerca de la separación de poderes transformándolas en una verdadera teoría sobre la división de poderes.
Siempre tomando como referencia el funcionamiento del sistema político británico, atribuyó el Poder Legislativo al Parlamento, que tenía facultades para aprobar leyes; al Poder Ejecutivo el gobierno y administración del país; y al Poder Judicial la administración de justicia y el establecimiento de condenas para los que violaran la ley.
Esos poderes debían ser independientes unos de otros y estar balanceados por un sistema de contrapesos; de esa manera regiría una libertad plena y se podría regir un gobierno en el que “ningún hombre tenga miedo de otro”.
El carácter progresista de estas ideas no significa que Montesquieu fuera un revolucionario. Nunca abogó por el establecimiento de una república (cuyas virtudes sin embargo reconocía) sino por una monarquía con poderes limitados. En ese sistema político, atribuía a la nobleza de la que formaba parte una representación exclusiva en una de las dos cámaras del Parlamento, para poder contrarrestar así eventuales ambiciones despóticas del monarca.
A pesar de este aspecto conservador del pensamiento de Montesquieu, su teoría de la división de poderes influyó en el desencadenamiento de procesos revolucionarios posteriores, entre ellos la Independencia de Estados Unidos, la Revolución francesa y las guerras por la Independencia en Hispanoamérica.
Muerte
Los últimos años de su vida los dedicó a viajar entre París y Burdeos y a terminar obras que había comenzado y dejado inconclusas en años anteriores.
Sufrió una paulatina reducción de la vista, de modo tal que al momento de su fallecimiento, el 10 de febrero de 1755, estaba completamente ciego. Tenía entonces 66 años.
Sus restos fueron sepultados en la Iglesia parisina de Saint-Sulpice.
Bibliografía: |
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Profesor en Enseñanza Media y Superior en Historia (Universidad de Buenos Aires). Autor, editor y coordinador de contenidos editoriales.
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