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Fernando VII
Rey de España durante 1808 y entre 1814 y 1833.
Datos |
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Nacimiento | San Lorenzo del Escorial, España, 14 de octubre de 1784. |
Fallecimiento | San Ildefonso, España, 29 de septiembre de 1833. |
Ocupación | Rey de España durante 1808 y entre 1814 y 1833. |
Causa de la muerte | Ataques de gota. |
¿Quién fue?
Fernando VII fue rey de España entre el 19 de marzo y 6 de mayo de 1808 y entre 1814 y 1833. Era hijo de Carlos IV, con quien mantuvo muy malas relaciones y contra quién conspiró para derrocarlo.
Luego de haber ascendido al trono, en 1808, fue tomado prisionero por Napoleón Bonaparte, que lo recluyó en un palacio del sur de Francia. Durante su confinamiento tuvo lugar la guerra por la Independencia de España y el inicio de los procesos independentistas en gran parte de Hispanoamérica.
En 1814 recuperó la libertad y el trono. Desde entonces, se empeñó en restaurar el absolutismo y en recomponer el Imperio español en América. Logró el primer objetivo, a costa de sangrientas represiones, pero fracasó en el segundo, debido al avance irrefrenable de las ideas del liberalismo, el empeño de los criollos en defender la libertad recientemente conquistada y a la ayuda proporcionada por Gran Bretaña a los nuevos Estados latinoamericanos.
Al no tener herederos varones, suprimió la ley sálica para que tras su muerte pudiera acceder al trono su hija Isabel. Esta decisión dejó como legado una España envuelta en una cruenta guerra civil entre los partidarios de su hija y los de su hermano Carlos.
Infancia y formación intelectual
Fernando de Borbón nació en el Palacio de San Lorenzo del El Escorial, el 14 de octubre de 1784, cuando aún reinaba su abuelo, Carlos III.
Fue el noveno de los catorce hijos que tuvieron el futuro Carlos IV y María Luisa de Parma.
De sus trece hermanos, ocho murieron antes de 1800. El propio Fernando sufrió una grave enfermedad a los tres años de edad y tuvo durante toda su vida una salud frágil.
Publicidad, continua debajoTras la subida al trono de su padre, en 1788, Fernando fue jurado por las Cortes como heredero a la Corona en el Monasterio de San Jerónimo de Madrid, en 1789.
Su primer preceptor fue el padre Felipe Scio, religioso de la Orden de San José de Calasanz, quien le enseñó a leer y a escribir y la gramática latina.
En 1795 el padre Scio fue reemplazado por el obispo Francisco Javier Cabrera, quien le enseñó religión y escogió como maestro de dibujo al pintor Antonio Carnicero, y como profesor de latín y de filosofía al sacerdote Cristóbal Bencomo y Rodríguez. Ambos ejercieron gran influencia en su formación intelectual y en la conformación de un carácter cruel, vengativo e insensible.
Rol durante las guerras de la Independencia
A partir de 1806 Fernando comenzó a conspirar contra su padre, el rey Carlos IV, agrupando a su alrededor a los descontentos con las políticas del valido Manuel Godoy. Descubierta la conspiración, fue encontrado culpable en un proceso judicial que se llevó a cabo durante 1807, aunque poco después obtuvo el perdón de su padre.
Durante la invasión napoleónica a España encabezó el motín de Aranjuez de 1808, durante el cual arrebató el trono a Carlos IV y desplazó a Godoy del poder.
Ya como Fernando VII, permaneció menos de dos meses en el poder, ya que en mayo de ese año Napoleón lo hizo apresar y ordenó que se lo condujera a Bayona (Francia). Allí lo obligó a devolver la Corona a Carlos IV, solo para que éste abdicara y la entregara al hermano del emperador francés, José I Bonaparte.
Entre 1808 y 1814 permaneció recluido en el Palacio de Valençay, en el sur de Francia. Durante esos años el pueblo español resistió la ocupación francesa, protagonizó el proceso revolucionario que condujo a la sanción de la Constitución española de 1812 y transformó a Fernando VII en símbolo de las aspiraciones nacionales, motivo por el que se le dio el sobrenombre de “El Deseado”.
Reinado
Derrotados militarmente los franceses, recuperó el trono por el Tratado de Valençay (1813) y regresó a España en 1814.
Apenas llegó a Madrid, recibió el apoyo de un grupo ultra monárquico que publicó el Manifiesto de los Persas, que proponía restaurar el absolutismo. Suprimió entonces la Constitución de Cádiz, restauró la monarquía absoluta y reprimió de manera sangrienta los levantamientos liberales.
También se propuso recomponer el Imperio español en América, para lo cual, en 1820, reunió en Andalucía un gran ejército expedicionario para atacar Venezuela y el Río de la Plata. Pero antes de partir, se produjo una rebelión encabezada por el general Rafael del Riego. Así se puso en marcha un proceso revolucionario que obligó al rey a aceptar la restauración de la Constitución de 1812.
Se sucedió entonces el Trienio Liberal (1820-23), durante el cual fingió aceptar su nuevo rol de monarca constitucional, mientras utilizaba todos los recursos a su alcance para hacer fracasar el nuevo régimen político.
Luego de un frustrado intento de golpe de Estado de la Guardia Real en Madrid (1822) llamó en su ayuda a las potencias absolutistas de la Santa Alianza, que organizaron una nueva invasión francesa de la península, la llamada campaña de los “Cien mil hijos de San Luis”. Está expedición, bajo el mando del duque de Angulema, derrocó al régimen constitucional y repuso a Fernando VII como rey absoluto (1823).
El antes “deseado” se transformó entonces en el “odiado” o el “felón” (traidor), iniciándose así la llamada “Década Ominosa” (1823-33), durante la cual Fernando VII anuló toda la obra legislativa de las Cortes constitucionales y reprimió nuevos pronunciamientos liberales.
Vida familiar
Fernando VII tuvo cuatro esposas: María Antonia de Nápoles (1802-1806), María Isabel de Braganza (1816-1818), María Josefa Amalia de Sajonia (1819-1829) y su sobrina María Cristina de Borbón (1829-1833).
Con ninguna de ellas pudo tener el tan deseado heredero varón. Engendró en cambio tres hijas: María Isabel, Isabel y María Luisa.
Muerte y sucesión
En 1830, poco antes del nacimiento de su hija Isabel, promulgó la Pragmática Sanción, que abolió la Ley Sálica. Así restauró el tradicional derecho sucesorio castellano que permitía que las mujeres heredaran el trono. Esta medida enfureció a su hermano Carlos, que se vio apartado de la sucesión en beneficio de su sobrina.
Desde entonces Don Carlos encabezó el descontento de los ultra realistas, que eran conservadores y reacios a cualquier cambio.
La intransigencia de esta facción hizo mella en Fernando, que en un momento de enfermedad derogó la Pragmática Sanción, para volverla a promulgarla al sentirse mucho mejor en 1832.
Su salud se quebrantó al poco tiempo, por lo que murió en 1833, en el Palacio Real de la Granja de San Ildefonso. Tenía entonces 48 años. Sus restos fueron conducidos a la Cripta Real del Monasterio de El Escorial.
Tras su fallecimiento se desató la Primera Guerra Carlista (1833-39), que enfrentó a los partidarios de Don Carlos y de la infanta Isabel, que logró imponerse y gobernar como Isabel II.
Bibliografía: |
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Profesor en Enseñanza Media y Superior en Historia (Universidad de Buenos Aires). Autor, editor y coordinador de contenidos editoriales.
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