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Paola Maurizio (2022). La última cena. Recuperado de Enciclopedia Iberoamericana (https://enciclopediaiberoamericana.com/la-ultima-cena/). Última edición: abril 2024. Consultado el 05 de mayo de 2024.
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La última cena

Pintura mural de grandes dimensiones realizada por el artista italiano Leonardo da Vinci.

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Tabla de contenidos:

Imagen del cuadro La última cena.

Datos

Autor Leonardo da Vinci (1452-1519)
Nombre de la obra La última cena
Fecha 1495-1498
Técnicas y materiales óleo y temple sobre revoque de yeso
Dimensiones 460 cm x 880 cm
Ubicación Convento de Santa María de las Gracias, Milán, Italia
Período/estilo Renacimiento

Definición

La última cena es una pintura mural de grandes dimensiones realizada por el artista italiano Leonardo da Vinci a finales del siglo XV.

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Ocupa la pared norte del refectorio o comedor del convento de la iglesia dominicana de Santa María de las Gracias (Santa Maria delle Grazie) ubicado en la ciudad de Milán, Italia.

Trata un tema religioso cristiano de tradición muy antigua que se representaba frecuentemente en los refectorios de los monasterios: la última cena de la pascua judía que Jesús compartió con sus discípulos.

Del episodio, narrado en los evangelios, Leonardo eligió representar el momento en que Jesús anuncia que será traicionado por uno de sus discípulos (Juan 13, 21-26).

La pintura causó gran impacto entre sus contemporáneos por el naturalismo de la escena, no solo de la mesa con el mantel y la vajilla que parecían formar parte de la habitación donde se encontraba la obra, sino por la espontaneidad de los gestos de los apóstoles, alejada de las posturas convencionales con que se los solía pintar.

Características

Entre las características de La última cena se pueden mencionar las siguientes:

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  • Leonardo la pintó a pedido de Ludovico Sforza, duque de Milán, en el convento adjunto a la iglesia de Santa Maria delle Grazie, capilla y mausoleo de la familia del duque.
  • Por encima de la escena, en los lunetos de la arquitectura del recinto se colocaron guirnaldas de hojas y frutos que enmarcan insignias nobles. La central alude a Ludovico Sforza y su esposa Beatriz d’Este. Los de los costados corresponden a los hijos de los duques, el conde de Angera y Pavía y el duque de Bari.
  • El artista realizó numerosos estudios preparatorios, muchos de los cuales se conservan en folios, especialmente en los de la Royal Library en Windsor. En ellos se observan estudios anatómicos, de expresiones, análisis de gestos y ubicación de los personajes en el espacio.
  • Da Vinci también plasmó en esta obra los estudios de mecánica, óptica y física que estaba realizando en ese período.
  • A diferencia de otras representaciones del tema en las que Judas, el discípulo traidor se ubica solo, enfrente de los demás, en esta versión está integrado al conjunto. Se lo identifica por la bolsa de dinero que lleva en su mano derecha.
  • Los discípulos se ubicaron agrupados de a tres, seis a cada lado de Jesús. Son individuos con fisonomías definidas teniendo en cuenta sus edades, características y personalidades de acuerdo con el texto evangélico.
  • Leonardo no empleó la técnica del fresco que se utilizaba para pintar sobre muros desde la antigüedad, sino que introdujo una técnica experimental de temple sobre yeso seco. Esta no tuvo el resultado esperado y la pintura comenzó a deteriorarse muy pronto.

Análisis

Leonardo creó una escena con una composición sencilla, pero sumamente compleja en su concepción.

La última cena muestra una habitación alargada con tres ventanas en el fondo por las que ingresa la luz. Sobre las paredes, unos tapices, que han perdido casi completamente su motivo, dan ritmo regular al espacio. Leonardo construyó este espacio aplicando la técnica tradicional de la perspectiva matemática con un punto de fuga que se ubica en el centro de la composición, en la cabeza de Jesús.

De manera transversal al espacio se ubica una larga mesa con un mantel blanco, platos, vasos con vino y panes pintados con extraordinario detallismo. La mesa divide el espacio de la pintura, en el que se ubican todos los personajes, del espacio del espectador.

El ilusionismo de la pintura y las proporciones de los elementos, que tienen tamaño natural, generaban la sensación de que el espacio del comedor real se prolongaba en la pintura. Es decir, incorporaba imaginariamente el espacio pictórico al espacio real.

La luz responde a una compleja estructura. La escena aparece iluminada en parte por la luz que ingresa por las tres ventanas que se encuentran en el fondo. Estas a su vez enmarcan la figura de Jesús y la resaltan por contraluz.

Pero la pared derecha de la habitación de la obra tiene una iluminación diferente, que parece provenir de la ventana real del refectorio que se encuentra a la izquierda y arriba de la pintura. Esto acentúa la sensación ilusionista.

En la representación de los personajes, Leonardo logró combinar unidad y diversidad. Mientras todos los apóstoles reaccionan a la noticia de la traición con un movimiento de incredulidad y espanto, al mismo tiempo, expresan esas emociones con reacciones diferentes vinculadas a la personalidad de cada uno.

La noticia de la traición genera una onda expansiva y actúa como una piedra que cae sobre el agua y provoca un movimiento de ondas concéntricas (Leonardo había estudiado este fenómeno y había observado que ocurría tanto en el agua como en el aire). Ese movimiento, desde el centro hacia los bordes de la pintura, tiene el efecto de dejar la figura de Jesús aislada del resto de los personajes, reforzando su soledad frente al destino que le espera. Por otro lado, algunos autores mencionan una posible alusión en esta disposición de los personajes a la concepción de Dios como primer motor, generador de movimiento, según las teorías filosóficas a las que Leonardo adhería.

Historia

La técnica experimental empleada por Leonardo presentó problemas de conservación desde el primer momento. A 20 años de finalizada, la obra ya mostraba rasgos de deterioro. Por ese motivo, desde el siglo XVII sufrió numerosas intervenciones de restauración.

En 1943, durante la Segunda Guerra Mundial, un bombardeo aliado destruyó el techo del refectorio y parte de las paredes dejando la pintura expuesta a la humedad y el humo. Por lo que, durante la década de 1950, se realizaron trabajos que apuntaron sobre todo a la conservación de la pintura.

A partir de 1976 se inició un intenso trabajo de investigación y restauración en la que se eliminó gran parte de las intervenciones anteriores, se documentó cada etapa del proceso y se hizo un relevamiento fotográfico. Los sectores en los que se había perdido la capa pictórica original fueron reintegrados con acuarela. Ese trabajo finalizó en 1999.

En la actualidad, La última cena se puede visitar solo con turno previo y por espacio de 15 minutos para preservarla de agresiones ambientales.

Bibliografía:
  • García Sánchez, Laura. Leonardo da Vinci. Madrid, Tikal, s/f.
  • Gombrich, E. H. Historia del arte. Londres, Phaidon Press Limited. 2008.
  • Marani, Pietro. Il Cenacolo. Guía del Refectorio. Milano, Mondadori Electa, 1999.

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Acerca del autor:

Licenciada en Gestión e Historia de las Artes, Editora. Autora y editora de contenidos educativos y de divulgación.

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Paola Maurizio (2022). La última cena. Recuperado de Enciclopedia Iberoamericana (https://enciclopediaiberoamericana.com/la-ultima-cena/). Última edición: abril 2024. Consultado el 05 de mayo de 2024.
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