Las señoritas de Avignon

Definición

Las señoritas de Avignon es una pintura que el artista español Pablo Picasso realizó durante sus primeros años de estadía en París a principios del siglo XX.

Se la considera como la primera obra que rompió con la tradición del arte moderno y también como la que inició las exploraciones de Picasso que derivarían en el cubismo.

Picasso la mantuvo durante varios años en el ámbito privado, en su estudio del Bateau Lavoir, un edificio del barrio parisino de Montmartre en el que residían numerosos artistas. El estudio funcionaba como una especie de sala de exposición privada donde solo veían las pinturas algunos de sus amigos pintores, críticos y coleccionistas que, en ese momento, no alcanzaron a entender los planteos plásticos que Picasso propuso en esta obra.

Recién en 1916 fue exhibida en público por primera vez en el Salón d’Antin de París.

Características

Entre las características de esta pintura se pueden mencionar las siguientes:

• La obra responde a la intención de Picasso de explorar los límites de la tradición artística del arte en Occidente, marcada desde el Renacimiento por la búsqueda de la representación naturalista e idealizada de la realidad, y por el uso de la técnica de la perspectiva para construir la sensación de espacio tridimensional.
• Picasso no le puso título a la pintura. Su nombre actual lo habría inventado el crítico y escritor francés André Salmon varios años después y surgió de una confusión entre la palabra Avignon que designa a la ciudad francesa y la calle de Avinyo en una zona de Barcelona que se caracterizaba por sus burdeles.
• La obra fue la culminación de un proceso de investigación acerca del arte, de la función de la pintura y del rol del artista.
• El artista realizó numerosos bocetos y estudios previos con distintas técnicas y formatos. Entre ellos, se pueden mencionar la acuarela Cinco desnudos y un pequeño óleo que incluía dos personajes más, un médico y un marinero, que fueron descartados en la versión final.
• Picasso tuvo varias influencias al momento de realizar la obra: algunas pinturas de sus contemporáneos como El desnudo azul de Henri Matisse, Los bañistas, de André Derain; las propuestas de artistas anteriores, como Cézanne, Gauguin y El Greco; el arte de África y Oceanía, que visitó en el Museo etnográfico del Trocadero, y la escultura ibérica prerromana.
• Los primitivistas anteriores, como Gauguin o Matisse, veían en los pueblos no civilizados un mundo de inocencia y pureza. Picasso, en cambio, pretendía rescatar el aspecto erótico, violento y catártico de las fuerzas primitivas, como él las concebía.

Contexto histórico

La creación de Las señoritas de Avignon se produjo en el contexto de renovación artística que caracterizó a París en los primeros años del siglo XX, en el que surgieron las primeras vanguardias artísticas.

Pablo Picasso pretendía romper con toda la tradición pictórica anterior para iniciar un nuevo rumbo artístico. En los años previos, había participado de encuentros con los artistas más innovadores, pero no se había interesado por ninguna de las propuestas vigentes. No le interesó, por ejemplo, el planteo de los fauvistas porque consideraba que continuaban la tradición pictórica europea.

Análisis

Picasso tomó un tema tradicional de la historia del arte occidental, como el desnudo femenino, para darle un tratamiento completamente novedoso.

La pintura sitúa a cinco mujeres en el interior de un prostíbulo. Las mujeres surgen entre cortinados que envuelven los cuerpos.

Aunque es una escena de conjunto, los personajes están desvinculados, no hay una relación coherente o narrativa entre ellos:

• A la izquierda, una mujer se apoya contra la pared, su cabeza parece pertenecer a otro cuerpo lo mismo que la mano que levanta la cortina rojiza a su izquierda. Está de perfil, pero el ojo se ve de frente, como en la representaciones del arte egipcio.
• Las dos mujeres del centro tienen los brazos levantados de manera provocativa y miran de frente al espectador. Sus cuerpos están construidos con formas geométricas.
• Las dos mujeres de la derecha parecen llevar máscaras en lugar de rostros.

La obra es antinaturalista, es decir, se aleja de la convención occidental de representar la realidad de manera idealizada. Los cuerpos no están modelados, sino que se construyen a través de formas planas y geométricas, delimitadas por líneas.

Picasso, además, rompe con la tradición de representación del espacio al transformarlo, del lugar donde se ubican los elementos del cuadro, en un objeto más.