Saturno devorando a su hijo

Definición

Saturno devorando a su hijo, o sencillamente Saturno, es una pintura del artista español Francisco de Goya. Formaba parte, junto con otras 13 escenas, de una serie conocida como «Pinturas negras», que Goya pintó en las paredes de dos habitaciones de la casa de campo dónde se retiró a comienzos de la década de 1820.

El nombre de la serie hace referencia tanto a los colores usados, entre los que predominan el negro y los grises, como a los temas que desarrolló, oscuros y lúgubres.

Las pinturas se desplegaban en dos habitaciones, en planta baja y alta, en la casa conocida como «Quinta del Sordo», a orillas del río Manzanares, cerca de Madrid. Saturno estaba en la planta baja junto con Judith y Holofernes, Una manola: Leocadia Zorrilla, Dos viejos, Dos viejos comiendo, El aquelarre o El gran cabrón y La romería de San Isidro.

No se conoce cuál es específicamente el tema de la pintura. Se lo ha relacionado con Saturno, el dios latino frecuentemente asociado al titán griego Cronos. Según las narraciones mitológicas, Saturno no debía tener hijos por lo que los devoraba al nacer.

Características

Algunas de las características principales de Saturno devorando a su hijo son las siguientes:

• Goya pintó el Saturno, y el resto de las Pinturas negras, por una necesidad expresiva personal en un espacio restringido a la circulación del público, incluso de quienes lo visitaban en la casa. Por lo tanto, no las realizó con el objetivo de exhibirlas.
• Las pinturas pertenecen a un período de intensa angustia personal del autor, quien en ese momento, tenía severos problemas de salud; había perdido su influencia en la corte; la tensión entre absolutistas y liberales lo ponía en un lugar difícil por sus tendencias políticas más afines a los liberales. En su conjunto, expresan una mirada pesimista sobre el presente y sobre el futuro.
• Ese uso de la pintura como medio para desarrollar un discurso vinculado a los sentimientos personales, como hizo Goya con esta serie, fue una actitud absolutamente nueva en la historia del arte.
• En el contexto de la situación personal de Goya, Saturno ha sido interpretado como una metáfora del tiempo devorando a la humanidad o de España destruyendo a sus hijos.
• Existen diversas interpretaciones sobre las características iconográficas de los personajes. Según el mito clásico, Saturno devoraba sus hijos al nacer, sin embargo, en la pintura el cuerpo desmembrado no es el de un niño sino el de un joven. Incluso, se considera en general que es una mujer por las características anatómicas.
  • De acuerdo con la interpretación anterior, la pintura, que en ese caso no sería una representación de Saturno, sino de un Cronos anciano y desnudo comiendo a una mujer joven, tendría un paralelismo con otra pintura ubicada en la misma pared: Judith y Holofernes. En esta historia bíblica, Judith, una joven judía, seduce y asesina al invasor asirio Holofernes representado aquí como un hombre maduro. En ambos casos, la narración asocia erotismo y violencia invirtiendo los géneros de la víctima y el victimario.

Análisis

Saturno devorando a su hijo es una pintura sobre pared realizada al secco, es decir, no se utilizó el procedimiento habitual del fresco, sino que se pintó con óleo sobre la pared seca.

A pesar de que el estilo artístico vigente en ese momento era el neoclasicismo, Goya se alejó de las tendencias academicistas para privilegiar una subjetividad más asociada al romanticismo. La anatomía de Saturno está distorsionada y no hay elementos que permitan identificarlo como un dios. Su expresión es desencajada y sus gestos, torpes. Este estilo expresivo, que busca manifestar un estado anímico más que una narración, es un antecedente del expresionismo, que surgirá casi un siglo más tarde.

Para enfatizar la caracterización de Saturno, el artista realizó la pintura con pinceladas enérgicas, muy visibles, en colores ocres, grises y negro solo interrumpidos con toques de blanco para iluminar dramáticamente ciertos sectores y por el rojo de la sangre.

Historia

En 1819, cuando compró la casa conocida como la Quinta del Sordo, Francisco de Goya buscaba alejarse del ambiente de la corte y en los siguientes tres años, realizó toda la serie de pinturas.

En 1823, Goya se fue de España para instalarse en Burdeos, en el sur de Francia y donó la propiedad a su nieto, Mariano Goya.

La casa pasó por varias manos hasta que su último propietario, Frédéric Emile d’Erlanger, decidió trasladar las pinturas de la pared a tela. Unos años más adelante las cedió al Museo del Prado donde están expuestas en la actualidad.

El Saturno es una de las pinturas más impactantes de la serie y ha sido objeto de numerosas investigaciones que no han llegado a dar cuenta de su real significado.