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Marcelo Néstor Musa (2023). Catalina la Grande. Recuperado de Enciclopedia Iberoamericana (https://enciclopediaiberoamericana.com/catalina-la-grande/). Última edición: mayo 2023. Consultado el 29 de abril de 2024.
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Catalina la Grande

Emperatriz del Imperio ruso entre 1762 y 1796.

Tabla de contenidos:

Datos

Nacimiento Stettin, Prusia, 2 de mayo de 1729.
Fallecimiento San Petersburgo, Rusia, 17 de noviembre de 1796.
Ocupación Emperatriz del Imperio ruso entre 1762 y 1796.
Causa de la muerte Apoplejía

¿Quién fue Catalina la Grande?

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Catalina II de Rusia, también conocida como Catalina la Grande, fue emperatriz del Imperio ruso entre 1762 y 1796.

Si bien nació en Prusia y profesaba la religión luterana, tras su casamiento con Pedro III se radicó en Rusia, se convirtió a la fe ortodoxa y recibió el título de gran duquesa.

El derrocamiento y posterior asesinato de su esposo, los cuales instigó, le permitieron ascender al trono de uno de los imperios más extensos del mundo.

Durante su reinado continuó la obra de de Pedro I el Grande, que había transformado a Rusia una gran potencia europea, y la engrandeció, extendiendo las fronteras hacia la cuenca del mar Negro.

Ferviente admiradora de la cultura francesa, durante gran parte de su vida creyó que el progreso de Rusia dependía de la adopción de los modelos occidentales. Pero tras la Revolución francesa, comenzó a mirar con recelo a los filósofos y las ideas liberales, y adoptó un estilo de gobierno autoritario. Muchos historiadores la consideran una fiel representante del despotismo ilustrado de fines del siglo XVIII.

Detalle de un retrato de la emperatriz Catalina la Grande pintado por el artista ruso Fiódor Rókotov a fines del siglo XVIII. Museo de Historia del Arte de Viena.

Infancia, juventud y formación intelectual

Sofía Federica Augusta de Anhalt-Zerbst nació en la región de Pomerania, en el reino de Prusia, el 2 de mayo de 1729.

Su padre fue Cristián Augusto de Anhalt-Zerbst, un general del ejército prusiano que era gobernador de la ciudad de Stettin. Su madre, Juana Isabel de Holstein-Gottorp, era 27 años menor que él.

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Sus progenitores, que deseaban tener un varón, no le prestaron demasiada atención, por lo que la crianza de Sofía estuvo inicialmente a cargo de una niñera y más tarde de una gobernanta francesa.

Desde niña, la pequeña “Figchen”, como la llamaba su familia, aprendió a bailar, hacer reverencias y besar el ruedo de los vestidos de las personalidades más importantes de la nobleza alemana.

Su gobernanta la introdujo en las obras de los grandes escritores franceses del siglo XVII, entre ellos Jean Racine, Molière y Jean de La Fontaine. Gracias a esas lecturas, Sofía sabía hablar perfectamente el francés, el idioma de moda en las cortes europeas de su época.

Gran duquesa rusa y emperatriz consorte

Al cumplir los 14 años, su madre concertó su matrimonio con un primo segundo, Karl Peter Ulrich, que era el heredero de la corona de los zares. La artífice de esta unión conyugal fue la emperatriz rusa Isabel I, que buscaba fortalecer el vínculo entre Prusia y Rusia.

Luego de su casamiento con Pedro, que tuvo lugar el 21 de agosto de 1745, Sofía adoptó el nombre de Catalina Alekséievna Románova, se convirtió a la religión cristiana ortodoxa y se le otorgó el título de gran duquesa.

Consciente de que era una extranjera en una tierra que no conocía, se esforzó por aprender el ruso, se integró en la corte y estudió la historia de su país adoptivo.

Su matrimonio con Pedro nunca prosperó, ya que no había entre ellos ni atracción física ni pasión amorosa. Por esa razón, mientras Pedro se dedicó a la caza, la instrucción militar y a organizar batallas ficticias con soldaditos de plomo, Catalina desarrolló una intensa actividad palaciega y tuvo varias aventuras amorosas.

El 5 de enero de 1762, tras la muerte de Isabel I, Pedro ascendió al trono como Pedro III. Durante los 186 días que duró el reinado de su esposo, Catalina tejió alianzas políticas con parte de la nobleza, la alta oficialidad del ejército y la jerarquía eclesiástica.

En julio, uno de sus amantes, Grigori Orlov, lideró un golpe de Estado que derrocó a Pedro III y la proclamó nueva soberana. El emperador depuesto fue detenido y confinado en una finca rural. Poco después fue asesinado por Alekséis Orlov, hermano menor de Grigori, al parecer por orden o instigación de la propia Catalina.

Reinado

Catalina fue coronada el 22 de septiembre de 1762 en la Catedral de la Dormición de Moscú. Tenía entonces 33 años y aunque algunos miembros de su entorno creían que solo gobernaría hasta que su hijo Pablo cumpliese la mayoría de edad, lo hizo hasta su muerte, 34 años después.

Durante ese largo mandato extendió las fronteras del Imperio ruso, a expensas de una dividida Polonia y del Imperio turco otomano, al que arrebató Crimea y otros territorios a orillas del mar Negro.

En materia de política interior continuó con la europeización que habían iniciado sus antecesores. Esa orientación incluyó el intercambio epistolar con los filósofos de la Ilustración, sobre todo Voltaire y Diderot. Y la adquisición de pinturas de artistas occidentales, como Rafael Sanzio, Rembrandt, Anton Van Dyck, Pedro Pablo Rubens y Bartolomé Murillo. Algunas de esas obras, unas 4.000 en total, fueron colgadas en las paredes del Palacio de Invierno de San Petersburgo, ciudad que embelleció mediante la construcción de la Academia de Bellas Artes. Así, Catalina sentó las bases de lo que luego sería el Museo del Hermitage.

También introdujo en Rusia el vestuario de la moda cortesana europea y varios adelantos científicos de la época, entre ellos la vacunación contra la viruela, llevada a cabo por el médico inglés Thomas Dimdsdale.

La contrapartida de esa modernización fue el agravamiento de la situación del campesinado ruso, debido a la distribución de tierras y siervos entre sus amantes y favoritos de la corte, y a la represión sangrienta de varias revueltas, en especial la liderada por el cosaco Yemelián Pugachev.

Alegoría de la victoria de Catalina sobre los turcos

Alegoría de la victoria de Catalina sobre los turcos. Pintura realizada por el artista italiano Stefano Torelli, en 1772.

Vida privada

De su matrimonio con Pedro III nacieron dos hijos: Pável Petróvich Románov, el futuro zar Pablo I; y Ana Petrovna, que murió cuando era niña. Varios historiadores afirman que Pablo y Ana eran hijos biológicos de Serguéi Saltykov, uno de los primeros amantes de Catalina.

Con el noble que la llevó al poder, Grigori Orlov, tuvo un hijo natural, Alexéi Bobrinski, que fue criado en casa de una cortesana de su confianza.

Además de Saltykov y Orlov, tuvo otros amantes ocasionales, entre ellos el venezolano Francisco de Miranda. Pero el gran amor de su vida fue Grigori Potiomkin, a quien la unía la pasión por el arte y la cultura, y con quien no dudó en mostrarse en público.

Además del sexo, otras de las grandes pasiones de Catalina fue la lectura. Coleccionaba todo tipo de libros, de allí que su colección llegara a sumar 44.000 ejemplares. También escribió obras de teatro, textos legislativos y cuentos de hadas para sus nietos.

Entre ellos, su favorito era Alejandro, a quien prefería como sucesor antes que a su propio hijo Pablo, cuyo carácter resentido le hacía recordar a su difunto esposo. De hecho, Catalina ya había decidido proclamarlo como su sucesor cuando la sorprendió la muerte.

Muerte de Catalina la Grande

Catalina II murió el 17 de noviembre de 1796, tras sufrir una apoplejía el día anterior, cuando se disponía a tomar un baño en el Palacio de Invierno de San Petersburgo. Tenía entonces 67 años.

Fue sucedida por su hijo Pablo I, quien se propuso destruir toda la obra de su madre, a quien odiaba por haber instigado el asesinato de su padre. Pero su reinado duró poco; en 1801 fue ultimado por un grupo de conspiradores, entre los que se encontraba Platón Zubov, el último amante de la emperatriz. Luego de los funerales reales ascendió al trono Alejandro I, haciendo así realidad la última voluntad de Catalina.

Bibliografía:
  • Catalina la Grande. Memorias. Barcelona, Mateu, 1973.
  • Espinel Souarez, Anastasia. Catalina II. La gran leyenda de Rusia. Bogotá, Panamericana, 2005.
  • Massie, Robert K. Catalina la Grande. Retrato de una mujer. Barcelona, Crítica, 2011.
  • Montefiore, Simon Jonathan Sebag. Los Románov: 1613-1918. Barcelona, Crítica, 2018.
  • Troyat, Henri. Catalina la Grande. Buenos Aires, Emecé, 1979.

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Acerca del autor:

Profesor en Enseñanza Media y Superior en Historia (Universidad de Buenos Aires). Autor, editor y coordinador de contenidos editoriales.

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Marcelo Néstor Musa (2023). Catalina la Grande. Recuperado de Enciclopedia Iberoamericana (https://enciclopediaiberoamericana.com/catalina-la-grande/). Última edición: mayo 2023. Consultado el 29 de abril de 2024.
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