Diego Rivera

¿Quién fue?

Diego Rivera fue uno de los pintores y muralistas mexicanos más relevantes del siglo XX. Su búsqueda artística estuvo orientada a producir un arte masivo y popular, por eso muchas de sus obras murales fueron realizadas en edificios y espacios públicos.

Con un estilo influenciado por las vanguardias europeas, los renacentistas italianos y el arte popular mexicano, entre otros, los temas que solía abordar estaban vinculados a la historia de México, las luchas sociales y, muy frecuentemente, al mundo prehispánico. Además de su formación artística, Rivera también desarrolló, a lo largo de su vida, una formación política e intelectual fuertemente marcada por su adhesión a las ideas del comunismo.

Infancia, juventud y formación

Autorretrato, 1941

Diego Rivera nació en Guanajuato, México, el 8 de diciembre de 1886. Su madre, doña Pilar Barrientos, pertenecía a una acomodada familia guanajuatense, y su padre, don Carlos Rivera, era maestro de escuela rural y editor de un periódico. Diego tuvo un hermano gemelo, Carlos, que falleció al año y medio de edad.

Desde muy pequeño, Rivera demostró un fuerte interés por la pintura y por el dibujo. Alentado por su padre, a los 10 años comenzó a estudiar en la Academia de San Carlos, donde tuvo una formación clásica, de la mano de maestros como Santiago Rebull y José María Velasco. También en ese período entró en contacto con la obra del ilustrador y caricaturista mexicano, José María Posada que resultó una gran influencia por fuera del contexto academicista.

En 1907, luego de su primera exposición individual, recibió una beca para viajar a España y continuar su formación. Esto inauguró una etapa de exploración artística y estilística en la vida del artista.

En España estudió las obras de Goya, El Greco y Brueghel, entre otros. Al año siguiente viajó a París, donde desarrolló un enorme interés por los movimientos de vanguardia y fue fuertemente influenciado por artistas como Picasso, y los posimpresionistas Cézanne y Gaugin. Allí, quedó fascinado con el cubismo y, durante los siguientes cuatro años, sus producciones artísticas tuvieron esa impronta.

En París conoció a la pintora rusa Angelina Beloff, quien fue su primera esposa. En 1915 la pareja tuvo un hijo, Diego, que falleció pocos meses después de su nacimiento. Durante ese período, sostuvo un romance con la artista Marievna Vorobieva-Stebelska, con quien tuvo una hija, Marika Rivera y Vorobieva.

Hacia 1920, Rivera comenzó a sentirse limitado por la estética cubista. Desencantado con el movimiento y en conflicto con muchos de sus integrantes, viajó a Italia, donde estudió los frescos y pinturas del Renacimiento. Al mismo tiempo, Rivera comenzó a mantener discusiones sobre la situación del arte mexicano con el artista y militante de la Revolución Mexicana David Alfaro Siqueiros. Entre ambos, desarrollaron un pensamiento sobre las características que debía tener este arte, así como el lugar y la función que debería ocupar en la sociedad. Lleno de nuevas ideas, Diego regresó a instalarse en México en 1921.

Carrera artística

De vuelta en su país natal, Rivera, Siqueiros y José Clemente Orozco fundaron el Sindicato de Pintores y fueron convocados por el ministro de Educación, José Vasconcelos, para pintar obras murales sobre una serie de edificios públicos. De esta manera, comenzó una nueva y decisiva etapa en su carrera orientada a la pintura mural.

Estas nuevas producciones estuvieron caracterizadas por tener contenido político y una temática que remitía a lo local, a la vida mexicana, a las fiestas populares, al pasado indígena; en definitiva, a la historia de México.

Su primera obra mural, La creación, fue pintada en el auditorio de la Escuela Nacional Preparatoria. A lo largo de los años siguientes realizó trabajos también en la Secretaría de Salud Pública y la Escuela Nacional de Agricultura, entre otros.

En el año 1922, Rivera se casó con Guadalupe Marín, con quien tuvo dos hijas, Lupe y Ruth. Durante este prolífico período artístico, Diego continuó profundizando sus ideas políticas, se unió al Partido Comunista Mexicano en 1924 y viajó a la Unión Soviética, invitado para el festejo del aniversario de los diez años de la Revolución de Octubre.

En una de las reuniones del partido, conoció a la artista Frida Kahlo, con quien, luego de divorciarse de Guadalupe Marín, se casaría en 1928.

Ya en la década de 1930, Diego y Frida viajaron a Estados Unidos, donde recibió encargos de algunas obras y murales, además de realizar exposiciones en el California Palace of the Legion of Honor, en San Francisco, y en el Museum of Modern Art de Nueva York. Sin embargo, la estadía del artista en Estados Unidos se terminó luego del encargo de un mural para el Rockefeller Center cuando, en un gesto político y provocador, Rivera decidió agregar la figura de Lenin a la obra. El mural nunca fue exhibido y tiempo después fue destruido. Años más tarde, en 1940, Rivera regresaría a San Francisco para realizar una gran pintura mural para la Golden Gate International Exposition.

De vuelta en México, en 1937, hizo de intermediario con el gobierno mexicano para darle asilo político al intelectual y revolucionario ruso, Leon Trotski, a quien hospedó en su casa durante dos años aproximadamente. A pesar del estrecho vínculo que, en un principio, fueron construyendo entre ambos, Diego comenzó a manifestar algunos cambios con respecto a su posición política y a tener diferencias con Trotski, quien terminó yéndose de la casa de la pareja.

En los años siguientes, Diego Rivera continuó su labor muralista en diversos edificios públicos y privados. De ese período se destaca su obra Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central. En esta obra se refiere a la historia nacional, uno de sus temas más frecuentes, pero también aparecen detalles también de su vida personal.

En 1949, en celebración de los 50 años de su labor artística, se realizó una exposición en el Museo Nacional de Artes Plásticas del Palacio de Bellas Artes, en la Ciudad de México, en la que se expusieron casi 1200 obras, entre óleos, dibujos, grabados, acuarelas, apuntes y reproducciones de varios de sus murales.

Muerte

Diego continuó pintando y haciendo trabajos murales, pero la muerte de Frida Kahlo en 1954 le generó una enorme angustia y tuvo un impacto muy negativo tanto en su estado moral como físico. Al año siguiente, Diego fue diagnosticado con cáncer y, a pesar de la indicación médica de reposo, decidió continuar con sus actividades. Entre ellas, se encontraba la construcción y fundación del museo Anahuacalli, al que luego donaría las casi 60 mil piezas de arte prehispánico que poseía.

Diego Rivera falleció el 24 de noviembre de 1957 a la edad de los 70 años en su estudio de Ciudad de México, fue velado en el Palacio de Bellas Artes y enterrado en la Rotonda de Hombres Ilustres.

Obras

Entre las numerosas obras de Diego Rivera, se pueden mencionar las siguientes:

Imagen zapatista, 1915, 125cm x 145cm, Museo Nacional de Arte, Ciudad de México, México.

La molendera, 1924, 105,4 x 132,5 cm, Museo Nacional de Arte, Ciudad de México, México.

Murales de la Industria de Detroit (fragmento), 1932-1933, Instituto de Artes de Detroit, Detroit, Estados Unidos.

Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, 1947, Museo Diego Rivera, Ciudad de México, México.