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Marcelo Néstor Musa (2023). Causas de la Segunda Guerra Mundial. Recuperado de Enciclopedia Iberoamericana (https://enciclopediaiberoamericana.com/causas-de-la-segunda-guerra-mundial/). Última edición: abril 2024. Consultado el 16 de mayo de 2024.
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Contenidos

Causas de la Segunda Guerra Mundial

Hechos y procesos que desencadenaron la Segunda Guerra Mundial.

Tabla de contenidos:

Introducción

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Se denomina causas de la Segunda Guerra Mundial a los hechos y procesos que desencadenaron el conflicto bélico que enfrentó a los Aliados y las Potencias del Eje. Ese enfrentamiento tuvo lugar entre 1939 y 1945, hacia mediados del siglo XX.

Esas causas se fueron gestando en el llamado período de entreguerras, que se extendió entre 1919 y 1938. Fueron varios procesos simultáneos que se entretejieron entre sí hasta desembocar en la invasión alemana de Polonia, que fue el detonante de la guerra.

¿Cuáles fueron?

Las causas de la Segunda Guerra Mundial comenzaron a gestarse luego del fin de la Primera Guerra Mundial. Las más importantes fueron el descontento con las condiciones impuestas por el Tratado de Versalles; la incapacidad de la Sociedad de las Naciones para frenar el rearme y el expansionismo de la Alemania nazi; las pretensiones de Benito Mussolini de construir un imperio italiano; el expansionismo y el militarismo japoneses; y las ambiciones de los dirigentes soviéticos, que deseaban recuperar los territorios que el Imperio ruso había perdido en 1917.

1. El descontento con las condiciones impuestas por el Tratado de Versalles

Luego de la finalización de Primera Guerra Mundial, se firmó el Tratado de Versalles, cuya redacción fue impulsada por los representantes de Francia, Gran Bretaña y los Estados Unidos. Si bien Italia también fue admitida como nación vencedora, tuvo escasa influencia en la redacción del documento final.

De las muchas disposiciones del acuerdo, las más importantes fueron las que consideraron a Alemania y sus aliados como responsables del inicio del conflicto bélico, por lo que se les impuso el desarme militar, la pérdida de territorios y el pago de indemnizaciones económicas a los países vencedores.

En el caso particular de Alemania, se la despojó de todas sus colonias, perdió la séptima parte de su territorio, se le prohibió fabricar material bélico y debió entregar toda su artillería y la flota de guerra. Además, debió desmilitarizar la región de Renania, lindante con Francia.

Estas condiciones generaron un fuerte resentimiento entre la mayoría de los alemanes, que aspiraban a vengarse de los vencedores y restaurar lo que entendían debía ser un destino de grandeza.

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2. Las ambiciones de Adolf Hitler

El líder del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán se había propuesto recuperar los territorios perdidos en 1919, unir a todos los germanos parlantes en un único Estado y conquistar un “espacio vital” que asegurara el desarrollo de Alemania como primera potencia mundial.

Hitler aprovechó el resentimiento provocado por las cláusulas del Tratado de Versalles y los efectos catastróficos de la Gran Depresión para sumar voluntades a su favor y ganar las elecciones de 1933, que lo catapultaron al cargo de canciller de Alemania. Desde esa posición de poder, instauró un régimen autoritario que impulsó el rearme militar y el expansionismo territorial.

3. La actitud vacilante de la Sociedad de las Naciones

La Sociedad de las Naciones (SDN) fue un organismo internacional creado en 1919 por el Tratado de Versalles. Sus principales objetivos eran asegurar la paz mundial y reorganizar las relaciones internacionales sobre la base de los principios de seguridad colectiva y arbitraje de los conflictos.

Si bien durante la década de 1920, la SDN consiguió algunos éxitos en su labor, luego de la Gran Depresión se mostró incapaz de desactivar conflictos que estuvieron en el origen del inicio de la Segunda Guerra Mundial. Entre ellos, la remilitarización de Renania y la invasión italiana de Etiopía (1936), la invasión japonesa de China (1937), la anexión de Austria por Alemania (“Anschluss”) y la Crisis de los Sudetes en Checoslovaquia (1938).

4. Las pretensiones de Mussolini

Benito Mussolini pasa revista a las tropas listas para embarcar hacia Etiopía y Somalia, en 1936.

Benito Mussolini pasa revista a las tropas listas para embarcar hacia Etiopía y Somalia, en 1936.

Durante la década de 1920 Mussolini aprovechó el descontento de muchos italianos por los escasos beneficios obtenidos tras la firma del Tratado de Versalles para construir un movimiento nacionalista que buscaba restaurar la gloria nacional y expandir las fronteras de Italia.

En ese contexto, el líder del fascismo buscó crear un imperio italiano que emulara la gloria del antiguo Imperio romano. Ese objetivo lo condujo a planear la anexión de Albania y Grecia, en Europa; y de Libia, Somalia y Etiopía, en África.

5. El expansionismo japonés

Luego de la restauración Meiji, en 1868, la clase dirigente japonesa se propuso emular el desarrollo económico y militar de las principales potencias de Occidente.

A partir de entonces Japón desarrolló un nacionalismo muy agresivo, que articuló tradición con modernidad, y que buscó extender su pequeño territorio insular. Ese objetivo se tradujo en varios enfrentamientos, como la guerra contra la Rusia zarista (1905), la anexión de Corea (1910), la ocupación de Manchuria (1931) y la invasión de China (1937).

Esta actitud agresiva en materia de política exterior tenía como fin último ocupar un espacio geopolítico que asegurara la provisión de las materias primas y alimentos que el Imperio japonés necesitaba para asegurar su desarrollo industrial y su hegemonía militar en el sudeste asiático.

6. Las ambiciones de Stalin

Firma del Pacto Ribbentrop-Mólotov o Pacto germano-soviético, que tuvo lugar en Moscú, el 23 de agosto de 1939, nueve día antes del inicio de la invasión alemana a Polonia.

Firma del Pacto Ribbentrop-Mólotov o Pacto germano-soviético, que tuvo lugar en Moscú, el 23 de agosto de 1939, nueve día antes del inicio de la invasión alemana a Polonia.

Los dirigentes de la Unión Soviética, encabezados por Iósif Stalin, deseaban recuperar los territorios que Rusia había perdido tras su salida de la Primera Guerra Mundial, en 1917. Esas pérdidas territoriales habían quedado plasmadas en el Tratado de Brest-Litovsk de 1918.

Las ambiciones de los dirigentes soviéticos los llevaron a firmar un pacto de no agresión con la Alemania nazi que les aseguró la anexión de Lituania, Letonia y Estonia, y que condenó a Polonia a su desaparición como Estado independiente.

Bibliografía:
  • Beevor, Anthony. La Segunda Guerra Mundial. Barcelona, Pasado y Presente. 2012.
  • Frías Núñez, Marcelo. Las democracias parlamentarias en el período de entreguerras. Madrid, Akal, 1995.
  • Hobsbawm, Eric. Historia del siglo XX. Buenos Aires, Crítica Grijalbo Mondadori. 1998.
  • Pertierra de Rojas, José Fernando. Relaciones internacionales durante el período de entreguerras. Madrid, Akal, 1990.

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Acerca del autor:

Profesor en Enseñanza Media y Superior en Historia (Universidad de Buenos Aires). Autor, editor y coordinador de contenidos editoriales.

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Marcelo Néstor Musa (2023). Causas de la Segunda Guerra Mundial. Recuperado de Enciclopedia Iberoamericana (https://enciclopediaiberoamericana.com/causas-de-la-segunda-guerra-mundial/). Última edición: abril 2024. Consultado el 16 de mayo de 2024.
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