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Marcelo Néstor Musa (2023). Cosacos. Recuperado de Enciclopedia Iberoamericana (https://enciclopediaiberoamericana.com/cosacos/). Última edición: abril 2024. Consultado el 16 de mayo de 2024.
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Cosacos

Grupo de pueblos de origen eslavo que habitaron las estepas ubicadas entre el Mar Negro y el Mar Caspio.

Tabla de contenidos:

¿Quiénes fueron?

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Se llama cosacos a un grupo de pueblos de origen eslavo que habitaron las estepas ubicadas entre el Mar Negro y el Mar Caspio.

Desde el siglo XVII sus territorios fueron absorbidos progresivamente por el Imperio ruso, contra el cual protagonizaron varias rebeliones.

Una vez consolidada la dominación rusa, los cosacos aportaron contingentes militares que participaron de la colonización de Siberia, las guerras napoleónicas, la guerra de Crimea y la guerra ruso-turca de 1877-78. También lucharon durante la Primera Guerra Mundial.

En la actualidad, perviven comunidades cosacas, que están concentradas en las regiones de Volgogrado, Rostov, Krasnodar y Stávropol, en la Federación de Rusia. El resto de los cosacos están esparcidos entre los montes Urales y las costas del océano Pacífico. También hay algunas comunidades que residen en Ucrania y en Kazajistán.

Evolución histórica

En un principio, los cosacos eran nómades, pero desde el siglo X se fueron sedentarizando y estableciendo poblaciones a orillas de los ríos Don, Kubán, Térek y Ural, en la estepa euroasiática.

Durante el siglo XIII sus territorios fueron ocupados primero por el Imperio mongol y más tarde por los tártaros.

Durante el siglo XVI debieron resistir el ataque de polacos y lituanos, que los hostilizaban desde el noroeste, y del Imperio otomano, cuyas tropas avanzaban desde el sur.

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Desde el siglo XVII sus territorios fueron progresivamente anexados por el zarato ruso, contra el cual protagonizaron varias rebeliones, tras las cuales llegaron a crear varios Estados independientes. Entre ellos, uno de los más importantes fue el fundado en 1649 por los cosacos zapórogos o de Zaporoyia, en el territorio de la actual Ucrania.

La respuesta de los cosacos de Zaporoyia al sultán Mehmed IV. Pintura realizada por Iliá Repin entre 1880 y 1890.

La respuesta de los cosacos de Zaporoyia al sultán Mehmed IV. Pintura realizada por Iliá Repin entre 1880 y 1890.

En 1670, el cosaco del Don Stenka Razin proclamó una república libre en la ciudad de Astracán, a orillas del río Volga. Razin abolió la esclavitud y todo tipo de privilegios, estableciendo la igualdad ante la ley. Por esa razón, se refugiaron en ese Estado numerosos siervos que huían de sus amos rusos.

El sometimiento de los cosacos a la dominación rusa quedó asegurado en tiempos de la emperatriz Catalina la Grande (1762-1796), cuyas tropas ocuparon las costas del Mar Negro y la península de Crimea.

Desde entonces, los cosacos aportaron contingentes militares a los ejércitos de los zares. Esas fuerzas lucharon en las guerras napoleónicas, en la guerra de Crimea y en las guerras ruso-turcas. Algunos grupos de cosacos participaron de la colonización de Siberia, ocupando diversos territorios situados entre los montes Urales y el océano Pacífico.

Durante la guerra civil rusa, los cosacos del Don y de Kubán, encabezados por el atamán Piotr Krasnov, lucharon contra los bolcheviques. Durante algunos años lograron sostener una república independiente, que incluía diez provincias con capital en la ciudad de Novocherkask. Pero finalmente sus tropas fueron derrotadas por el Ejército Rojo.

A partir de entonces los soviéticos trataron de suprimir la cultura de los cosacos, cuyas comunidades sufrieron una dura represión, especialmente entre 1922 y 1945. Según algunos autores, en tiempos de Stalin las tropas soviéticas asesinaron a dos terceras partes de la población de origen cosaco, en especial a los que habían colaborado con la ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial.

A pesar de ello, los cosacos lograron sobrevivir y mantener vivas sus costumbres y tradiciones hasta la actualidad.

Características

Un jinete cosaco luchando contra un tártaro.

Un jinete cosaco luchando contra un tártaro.

Las principales características de los cosacos son las siguientes:

  • Como todo pueblo de las estepas eran notables jinetes y domadores de caballos.
  • Aunque hubo y hay cosacos católicos y musulmanes, la mayoría de ellos eran cristianos ortodoxos.
  • Estaban dirigidos por atamanes, que eran jefes civiles y militares.
  • Sus trajes nacionales eran el kaftán (una especie de casaca) y la cherkesska, una túnica larga de origen circasiano. También usaban una gorra de piel conocida como papaja, y el bashlyk, una especie de capuchón que se llevaba sobre los hombros.
  • Tienen un enorme repertorio de canciones, la mayor parte de los cuales aluden a gestas guerreras.
  • Utilizaban con gran maestría diversas armas blancas, como el kinzhal (una daga o puñal) y el shashka (una especie de cuchillo largo). También usaban la nagaika, un látigo utilizado en las artes marciales tradicionales cosacas.

Costumbres

Entre sus costumbres tradicionales se destacan las siguientes:

  • Respeto a los mayores de edad. Ante la presencia de una persona mayor, todos debían levantarse de sus asientos, quitarse el gorro e inclinarse para saludar. En presencia de un anciano no se permitía permanecer sentado, fumar, beber o conversar, sin contar con su expresa autorización.
  • Respeto a los padres, sin cuya autorización no daba comienzo ninguna actividad familiar. Sin su consentimiento no se podía tomar ninguna decisión importante que involucrara a algún miembro de la familia. La desobediencia a los padres se consideraba como un pecado imperdonable.
  • Importancia de los padrinos. Al fallecer los padres, la autoridad familiar era heredada por los padrinos, a cuyo cargo quedaba la instrucción militar de los varones. Las madrinas se ocupaban de transmitir los valores y deberes de las mujeres a las niñas cosacas.
  • Ayuda al necesitado. Se consideraba un pecado negar ayuda a quien lo solicitara. Esta actitud se extendía los extranjeros en son de paz, a quiénes se les brindaba hospitalidad cuando atravesaban sus territorios.
  • Aversión a las deudas. Las deudas eran consideradas como una desgracia personal y se hacía todo lo posible por evitar tenerlas.
  • Desprecio por los alcohólicos y borrachos. Los borrachos no gozaban de ningún tipo de respeto dentro de la comunidad cosaca, por el contrario, se los despreciaba. Un refrán cosaco dice al respecto: “Bebe, pero no pierdas el sentido, la razón y el cerebro”.  Al fallecer, los alcohólicos eran enterrados en un cementerio apartado de los demás. En vez de una cruz, sobre sus tumbas se clavaba una estaca de arce.

Organización militar

Los cosacos agrupaban sus tropas en huestes que se dividían en regimientos, integrados a su vez por varios escuadrones. Cada hueste estaba a cargo de un atamán, que era la máxima autoridad civil y militar de las comunidades cosacas.

Debido a su gran habilidad como jinetes, proporcionaban regimientos de caballería a los ejércitos de los zares. Con el paso del tiempo también aportaron contingentes de infantería, e incluso baterías de artillería y algunos aviadores.

Bibliografía:
  • Figes, Orlando. Historia de Rusia. Madrid, Taurus, 2002.
  • Montefiore, Simon Jonathan Sebag. Los Románov: 1613-1918. Barcelona, Crítica, 2018.
  • Ure, John. Los cosacos. Barcelona, Ariel, 2002.

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Acerca del autor:

Profesor en Enseñanza Media y Superior en Historia (Universidad de Buenos Aires). Autor, editor y coordinador de contenidos editoriales.

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Marcelo Néstor Musa (2023). Cosacos. Recuperado de Enciclopedia Iberoamericana (https://enciclopediaiberoamericana.com/cosacos/). Última edición: abril 2024. Consultado el 16 de mayo de 2024.
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