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Ignacio Allende
Militar y revolucionario novohispano, que vivió entre fines del siglo XVIII y comienzos del XIX.
Datos |
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Nacimiento | San Miguel el Grande, Virreinato de Nueva España, 21 de enero de 1769. |
Fallecimiento | Chihuahua, Virreinato de Nueva España, 26 de junio de 1811. |
Ocupación | Militar, uno de los iniciadores de la guerra por la Independencia de México. |
Causa de la muerte | Fusilamiento. |
¿Quién fue?
Ignacio Allende fue un militar y revolucionario novohispano, que vivió entre fines del siglo XVIII y comienzos del XIX.
Participó en las conspiraciones de Valladolid y de Querétaro, que se propusieron derrocar a las autoridades coloniales y reemplazarlas por un gobierno local autónomo.
Junto con Miguel Hidalgo y Juan Aldama, fue uno de los iniciadores del movimiento revolucionario que culminó con la proclamación de la Independencia de México, en 1821.
Infancia, juventud y formación intelectual
Ignacio María de Allende y Unzaga nació en San Miguel el Grande, Virreinato de Nueva España, el 21 de enero de 1769.
Sus padres fueron la criolla María Ana de Unzaga y el español Domingo Narciso de Allende, quien tenía una buena posición económica ya que se dedicaba a la agricultura y el comercio.
Durante su infancia, él y sus cuatro hermanos fueron educados por maestros particulares. Al cumplir los 18 ingresó en el Colegio de San Francisco de Sales, al que asistían hijos de soldados españoles.
Durante su primera juventud se interesó por las tareas del campo, las corridas de toros y el uso de armas de fuego. Era un excelente jinete y buen tirador.
Publicidad, continua debajoDe carácter romántico, tuvo varias aventuras amorosas con muchachas de San Miguel. Una de ellas, Antonia Herrera, le dio un hijo llamado Indalecio, al que más tarde reconoció y que luchó a sus órdenes. Algunos historiadores le atribuyen la paternidad de otros tres hijos extramatrimoniales: Mariana, Juana María y Juan Guadalupe.
Carrera militar
En 1795 se integró por vocación al recién creado Regimiento Provincial de Dragones de la Reina, ubicado en su pueblo natal.
En 1801, el virrey Félix Berenguer lo nombró teniente del Cuerpo de Granaderos, bajo el mando del general Félix María Calleja. En 1802, cuando todavía servía en esa unidad, contrajo matrimonio con María de la Luz Agustina de las Fuentes, que murió al poco tiempo de una enfermedad.
Ya con el grado de capitán, prestó servicios en otras unidades ubicadas en Ciudad de México, El Palmar y Jalapa.
Allende y la guerra por la independencia de México
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En 1808, al tomar conocimiento de la crisis de la monarquía española, participó en varias reuniones secretas en las que sostuvo la necesidad de reemplazar a las autoridades coloniales por un gobierno autónomo.
En 1809, se sumó a la conspiración de Valladolid (hoy Morelia), promovida por José Mariano de Michelena y José María García Obeso. La conjura fue descubierta y sus impulsores apresados, pero Allende, que no fue delatado, logró escapar.
Al año siguiente, tras la disolución de la Junta Central de Sevilla, se unió a la conspiración de Querétaro, de la que formaban parte el corregidor José Miguel Domínguez, su esposa Josefa Ortiz, el párroco Miguel Hidalgo, el capitán Juan Aldama y otros criollos de buena posición social y económica. Todos eran partidarios de formar una junta de gobierno que ejerciera el poder mientras Fernando VII permaneciera cautivo de Napoleón Bonaparte.
Por su condición de militar, Allende asumió el liderazgo del futuro alzamiento, que estaba previsto para el mes de diciembre. Pero cuando la conjura fue descubierta, se reunió en el pueblo de Dolores con Hidalgo y Aldama. Los tres acordaron adelantar la revolución, que se inició el 16 de septiembre con el Grito de Dolores. Ese día Hidalgo convocó a la población a sublevarse contra el mal gobierno de los funcionarios coloniales.
Con la dirección del movimiento insurgente a cargo del párroco de Dolores, Allende se trasladó a San Miguel, donde consiguió sublevar a su antiguo regimiento.
El 22 de septiembre fue nombrado teniente general del ejército insurgente, dedicándose a entrenar y disciplinar a la tropa, formada en su mayoría por indígenas y mestizos sin preparación militar. Un mes después fue ascendido a capitán general.
Durante la guerra contra los realistas, Allende destacó por su sentido ético y caballerosidad en el mando. Era partidario del respeto a la población civil, no permitía los saqueos ni los excesos de sus subordinados y no ejecutaba a los prisioneros.
Luego de la toma de la ciudad de Guanajuato y de la victoria obtenida en la batalla del Monte de las Cruces, Allende propuso a Hidalgo atacar Ciudad de México. Pero ante la perspectiva de que se produjera una gran matanza, el párroco de Dolores ordenó la retirada.
Esto generó fuertes resquemores en su relación con Hidalgo, que se acentuaron luego de las derrotas sufridas en Aculco y en Puente de Calderón. Antes de esa batalla, Allende propuso realizar maniobras evasivas y hostigar al ejército realista de Calleja desde diversas posiciones. Pero Hidalgo decidió jugárselo todo a un enfrentamiento a campo abierto que condenó al movimiento independentista al fracaso.
Muerte
Tras las sucesivas derrotas, la dirigencia insurgente se refugió en una hacienda, donde decidió confiarle la dirección militar del movimiento, en tanto Hidalgo solo conservó el mando político.
Allende dividió en dos secciones lo que quedaba del ejército y al frente de una de ellas marchó hacia los Estados Unidos para conseguir apoyo a la causa de la revolución. Pero el 21 de marzo de 1811, al llegar a Bajan, en Coahuila, fue apresado por lo realistas. Durante la emboscada resultó muerto su hijo Indalecio, que se negó a entregarse y se resistió a los tiros.
Luego del arresto se lo condujo a Chihuahua, donde fue juzgado por una corte militar y encontrado culpable de insubordinación y traición. Fue fusilado el 26 junio en la plaza de armas. Su cadáver fue decapitado y su cabeza colgada en Guanajuato, junto con las de Hidalgo, Aldama y otro jefe insurgente, José Mariano Jiménez.
Tras la proclamación del Plan de Iguala, en 1821, Anastasio Bustamante las hizo descolgar y las envió a Ciudad de México, donde fueron enterradas bajo el altar de los reyes de la Catedral. En 1925, sus restos fueron trasladados a la cripta del Monumento a la Independencia.
Bibliografía: |
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Profesor en Enseñanza Media y Superior en Historia (Universidad de Buenos Aires). Autor, editor y coordinador de contenidos editoriales.
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