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Juan Aldama
Militar, uno de los iniciadores de la guerra por la Independencia de México.
Datos |
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Nacimiento | San Miguel el Grande, Virreinato de Nueva España, 3 de enero de 1764. |
Fallecimiento | Chihuahua, Virreinato de Nueva España, 26 de junio de 1811. |
Ocupación | Militar, uno de los iniciadores de la guerra por la Independencia de México. |
Causa de la muerte | Fusilamiento. |
¿Quién fue?
Juan Aldama fue un militar y patriota novohispano, que vivió entre fines del siglo XVIII y comienzos del XIX.
Era hermano de Ignacio Aldama y tío de Antonio y Mariano, todos ellos criollos insurgentes.
Participó en la conspiración de Querétaro, que se propuso derrocar a las autoridades coloniales y reemplazarlas por un gobierno local autónomo.
Junto con Miguel Hidalgo e Ignacio Allende, fue uno de los iniciadores del movimiento revolucionario que culminó con la proclamación de la Independencia de México, en 1821.
Infancia, juventud y formación intelectual
Juan José Marcos Gaspar Antonio de Aldama y González nació en la localidad de San Miguel el Grande (hoy San Miguel de Allende), Virreinato de Nueva España, el 3 de enero de 1764.
Sus padres, Domingo Aldama y María González, tenían una buena posición económica ya que eran propietarios de una hacienda y se dedicaban también al comercio.
Durante su infancia, él y su hermano Ignacio fueron educados por maestros particulares. Al cumplir los 18 años, ingresó en el Colegio de San Francisco de Sales, al que asistían hijos de soldados españoles.
Publicidad, continua debajoA partir de 1802 se desempeñó como capitán del Regimiento Milicias de la Reina, que pertenecía al arma de caballería.
En esa época contrajo matrimonio con Luisa Acevedo, con la que tuvo una hija, a la que llamó Sebastiana. Tras la muerte de Luisa, se casó con María Luisa Vallejo Quevedo, con la que engendraron tres hijos: María Petra, Ignacio y María Sebastiana.
Juan Aldama y la guerra por la independencia de México
En 1808, al llegar a América las noticias de la invasión napoleónica a España, comenzó a participar en reuniones secretas en las que expresó su disgusto por la vigencia del monopolio comercial y por la marginación de los criollos de los altos cargos de la administración colonial y del mando del ejército.
En 1810, tras la disolución de la Junta Central de Sevilla, se unió a la conspiración de Querétaro, de la que participaron el corregidor José Miguel Domínguez, su esposa Josefa Ortiz, el párroco Miguel Hidalgo, el capitán Ignacio Allende, el comerciante Emeterio González y otros criollos de buena posición económica y social. Todos eran partidarios de formar una junta de gobierno que ejerciera el poder mientras Fernando VII permaneciera cautivo del emperador francés Napoleón Bonaparte.
Cuando la conjura fue descubierta y varios de sus integrantes cayeron en manos de los realistas, Aldama se trasladó junto Allende al pueblo de Dolores para dar aviso a Hidalgo. Los tres tomaron la decisión de adelantar el inicio de la revolución, que estaba previsto para el mes de octubre. El 16 de septiembre, durante el llamado Grito de Dolores, Hidalgo convocó a la población a sublevarse contra el mal gobierno de los funcionarios coloniales.
Con la dirección del movimiento insurgente a cargo del párroco de Dolores, Aldama se trasladó a San Miguel, donde junto a Allende lograron sublevar al regimiento local.
Poco después, una junta insurgente lo nombró mariscal de campo y con el grado de teniente coronel participó de la batalla de Monte de las Cruces y en la toma por asalto de la ciudad de Guanajuato.
Luego de estas victorias, instó a Hidalgo a avanzar sobre Ciudad de México. Pero ante la perspectiva de una masacre, el párroco decidió retroceder, con lo que dio tiempo a la reorganización de los realistas. Estos, al mando del general español Félix María Calleja, salieron de la capital virreinal y vencieron a los insurgentes en las batallas de Aculco (7 de noviembre de 1810) y en Puente de Calderón (16 de enero de 1811).
Tras estas duras derrotas, propuso a la dirigencia insurgente marchar hacia el norte con el fin de llegar a los Estados Unidos para conseguir armas y apoyo financiero para la causa de la revolución.
Muerte
Aldama, Allende, Hidalgo y otros jefes insurgentes marcharon juntos con rumbo norte. Pero el 21 de marzo de 1811, al llegar a Acatita de Baján, en el actual Estado de Coahuila, cayeron en una emboscada, tras la cual fue apresado junto con sus compañeros.
Como el virrey Francisco Xavier Venegas había puesto precio a su cabeza, luego del arresto fue conducido a Chihuahua, donde una corte militar lo juzgó y lo encontró culpable de insubordinación y traición. Fue fusilado el 26 junio en la plaza de armas de la ciudad junto a Allende, Mariano Jiménez y Manuel de Santa María.
Su cabeza, junto con las de Hidalgo, Allende y Jiménez fueron conducidas a Guanajuato y colocadas en jaulas de hierro en cada uno de los ángulos de la Alhóndiga de Granaditas. En ese lugar se había producido una masacre de militares y civiles tras la toma de la ciudad por los insurgentes el 28 de septiembre de 1810.
Tras la proclamación de la Independencia, en 1821, Anastasio Bustamante las hizo descolgar y las envió a Ciudad de México, donde fueron enterradas junto a los respectivos cuerpos bajo el altar de los reyes de la Catedral.
En 1925 sus restos fueron trasladados a la cripta de la Columna de la Independencia en Ciudad de México. Allí permanecieron hasta el 30 de mayo de 2010, cuando fueron llevados al Museo Nacional de Historia para su posterior análisis y autentificación.
En la actualidad, se lo recuerda como uno de los precursores de la Independencia de México.
Bibliografía: |
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Profesor en Enseñanza Media y Superior en Historia (Universidad de Buenos Aires). Autor, editor y coordinador de contenidos editoriales.
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