Escarapela argentina

¿Qué es?

La escarapela argentina es un emblema de nacionalidad de la República Argentina. Fue el primero en ser adoptado de manera oficial para uso militar, aunque fue adoptado inmediatamente por la población civil.

No es propiamente un símbolo nacional, como son la bandera, el escudo y el himno nacional de acuerdo con la legislación nacional por lo tanto, no existe un ceremonial establecido para su uso.

Las escarapelas son insignias con forma de rosetón o lazo con los colores de la bandera que se utilizan como distintivo en algunos países.

Se supone que su uso se inició a principios del siglo XVIII, cuando se colocaban cintas de colores en los sombreros para identificar a los integrantes de fuerzas aliadas, especialmente a partir de la Guerra de Sucesión española.

Imagen de la escarapela argentina.

Historia y origen

Se pueden rastrear los antecedentes de la escarapela argentina en las cintas que se usaron como insignias durante la semana del 18 al 25 de mayo de 1810, en los eventos que precedieron a la Revolución de Mayo.

Según la tradición, en esos días Domingo French y Antonio Luis Beruti, que pertenecían a los grupos más radicalizados del movimiento revolucionario, repartieron cintas celestes y blancas.

Sin embargo, no hay fuentes documentales que permitan sostener esa tradición y los testimonios de personas que participaron de los eventos son contradictorios. En cartas y diarios personales de testigos del proceso revolucionario hay referencias a French y Beruti como los encargados de repartir distintivos, pero no hay acuerdo sobre los colores que se usaron. Se mencionan cintas blancas, que habrían tenido un sentido de unión entre españoles y criollos, imágenes de Fernando VII e incluso insignias rojas para indicar la disposición a la lucha y celestes como símbolo de libertad.

El color blanco se expandió rápidamente como símbolo de la voluntad de unión entre criollos y españoles y fue elegido como divisa por los patriotas que adherían a la Primera Junta. También se utilizó para diferenciar a quienes apoyaban a los miembros más radicalizados de la Primera Junta, de aquellos más moderados e incluso de los contrarrevolucionarios.

Las primeras menciones fehacientes de los colores celeste y blanco corresponden a su uso en las armas de los cuerpos militares que se dirigieron a Córdoba a reprimir el movimiento opositor a la Primera Junta.

En el desorden de los primeros tiempos de la Revolución, distintas compañías militares adoptaron insignias para diferenciarse, varias de ellas, de color celeste y blanco. Hasta que, con el avance del proceso y ya una clara voluntad independentista, se hizo necesario ordenar el uso de los símbolos.

El 13 de febrero de 1812 Manuel Belgrano, que estaba instalado en Rosario al mando de un regimiento, escribió al Triunvirato, el gobierno asentado en Buenos Aires, solicitando la aprobación del uso de un distintivo unificado no solo para diferenciarse del enemigo sino para unificar los usos de los distintos regimientos.

De acuerdo con esa solicitud, el 18 de febrero, el Triunvirato estableció y aprobó el uso de una escarapela de colores blanco y azul celeste y abolió el uso de las insignias de otros colores que aún se usaban.

El uso de la escarapela celeste y blanca se extendió rápidamente en las regiones que adherían al gobierno del Triunvirato y sus colores se utilizaron para la creación de la bandera.

En 1941 se estableció el 18 de mayo como efeméride nacional para celebrar este símbolo.

Efeméride

Se estableció el 18 de mayo como Día de la Escarapela como efeméride escolar mediante una resolución del Consejo Nacional de Educación de 1935. La fecha se fijó a partir de la información, errónea pero muy difundida, de que el distintivo había sido establecido durante la semana de mayo de 1810.

Los argentinos utilizan la escarapela del lado izquierdo del pecho en fechas conmemorativas de las gestas patrias.